La imprevisibilidad del mar deja historias como la vivida por David Rodrigo Oliva y Julián Párraga, quienes difícilmente olvidarán la octava etapa de la Copa de España de Aguas Abiertas. Los taranconeros viajaron hasta Sueca, Valencia, para disputar la travesía Palmeres-Perelló, y si bien la completaron con todos los honores, se encontraron con unas “inesperadas visitantes” como las medusas, que cambiaron totalmente la experiencia de los participantes.
Julián finalizó en la vigésimo octava posición de la clasificación general y octavo en su categoría -Máster 30-, mientras que David lo hizo en la sexagésimo tercera y decimocuarta, respectivamente. Lo hacen de la mano del CN Máster Torrijos, actual campeón de la Copa de España de Aguas Abiertas, título que consiguió por tercera vez consecutiva.
Esta exigencia hace que ni Julián ni David han acabado satisfechos con sus respectivas posiciones. Si bien son notables, teniendo en cuenta las circunstancias, los taranconeros están acostumbrados a firmar unos mejores registros que se han visto empeorados por las adversidades que les ha planteado el mar.
INESPERADOS VISITANTES
La jornada estuvo marcada por la cantidad de medusas que azotaron a los nadadores. De los más de 130 que se presentaron a esta cita, entre 40 y 45 tuvieron que abandonar el recorrido, lógicamente, acusando lo ocurrido en el agua. El tramo en el que se extendieron estos invertebrados era aproximadamente de un kilómetro, comenzando antes de llegar a la primera boya.
Para más inri, volvieron a encontrárselas a la vuelta. “La gente que había allí decía que no habían visto eso en la vida”, apunta. Misma situación para David, quien, tras completar el recorrido, pasó unas horas en el hospital para tratarse unas reacciones alérgicas que le habían salido, producto de las múltiples picaduras, encontrándose ahora en buen estado.
Se “estrenó” a lo grande el taranconero, que, entre risas, reconoce que no sabía lo que era una picadura de medusa, pero que ahora “me han picado miles”. Por otra parte, los conquenses también deciden tomárselo con filosofía para hacer de ello una motivación. “Se te quita el miedo cuando pasas por un banco de medusas, si hemos pasado esto ya… digo yo que no me lo encontraré otra vez, ¿no?, bromea Julián.
David y Julián son parte del Máster Torrijos, referente de Aguas Abiertas a nivel nacional y actual campeón de la CopaNadar durante 5 kilómetros no es tarea fácil. Para hacerlo sin llevarse ningún susto, ambos llevan una exigente rutina a nivel físico. David entrena natación todos los días durante alrededor de una hora y media, esfuerzo que compagina con bicicleta y corriendo, ya que practica triatlón de la mano del CA Tarancón.
Ya estaba en forma antes de adentrarse en el triatlón, y es que podía con esos nada sencillos 5 kilómetros cuando todavía no se había iniciado en él. Julián, por su parte, también empezó en triatlón, pero decidió enfocarse más en serio en la natación cuando descubrió que se le daba especialmente bien moverse en el agua. 8 sesiones a la semana hace el conquense, completando en verano sus entrenamientos con tiradas largas en Bolarque, Guadalajara, de la mano de su entrenador Alberto Pérez, del Torrijos.
Ahora el taranconero se prepara para una travesía a finales de agosto que supondrá un salto importante para él: 14000 metros. Casi nada. Ambos coinciden en que no hay secreto al respecto para superar estas distancias, sino que solamente se trata de entrenar.
UN DEPORTE SEGURO
A pesar de lo aquí expuesto, cabe reivindicar que las competiciones en aguas abiertas son seguras. Se trata de eventos donde los kayaks y las motos de agua están preparadas para acudir en caso de que cualquier persona solicite ayuda. No obstante, y como apuntan los propios nadadores, hay que tener respeto ante las muchísimas imprevisibilidades que puede presentar el mar. En este sentido, Julián también asegura que es un deporte de mucha cabeza.
No es fácil verte solo en el mar, como puede ocurrir si alguien se despega un poco del grupo, pero con una buena preparación, conociéndote a ti mismo, respetando el entorno y, sobre todo, teniendo cabeza, no hay razón para que esta disciplina sea peligrosa. Es más, los dos invitan a lanzarse a la piscina -mejor dicho, al mar- y probar este bonito deporte. Coinciden los taranconeros en que lanzarse al mar supone su momento de relajación y liberación.
David, además, destaca el gran grupo que ha encontrado alrededor del deporte: “Empecé a nadar por salud y disfrutar un poco del agua y al final me he ido enganchando, conociendo gente, amigos, y es como otra familia, la familia del deporte es otra que tú puedes elegir”, sentencia. Por lo pronto, esperan que su próxima travesía sea un poco más tranquila.