Poco después de haber acabado el Dakar, es hora de hacer balance, y tristemente para el deporte conquense, el tándem formado por Manolo y Mónica Plaza no ha tenido la mejor experiencia.Si el año pasado la mala suerte se cebó con ellos tras el choque contra un camión que les dejaba fuera del Dakar -además de una lesión en la mano para Manolo Plaza-, este año han sido los problemas técnicos del Sodicars BV2 los que les han obligado a abandonar.
La joven piloto conquense declara haber vuelto del Dakar con una sensación bastante agridulce debido a esos fallos en las transmisiones. Si bien muchas cosas salieron a la perfección en el proyecto del nuevo coche, la modificación en esa parte del coche no resultó como estaba planeado. Además, los fuertes temporales tampoco ayudaron. “Dolió mucho, pero bueno: así son las carreras y nadie nunca ha dicho que fuese fácil”, expresa. Precisamente se ha calificado este Dakar 2023 como uno de los más duros de los últimos años -junto con el de 2021-, algo que se confirma para Plaza. “No sé cómo ha sido en otras ediciones fuera de Arabia Saudí, pero para mí ha sido el Dakar más duro, sin duda”, comenta la conquense, que este año afrontaba ya su cuarta participación.
En cuanto a correr con su padre, de quien declara entre risas que “tiene 62 años, pero la mentalidad y la actitud de un chaval”, destaca la fácil convivencia y la gran capacidad resolutiva y experiencia del veterano piloto. Todavía con tiempo para pensar en lo que está por venir, Mónica ya piensa en volver el año que viene, aunque no se quiere adelantar, ya que sabe que antes tiene una temporada llena de objetivos externos al Dakar. “Queda el Nacional con AVATEL, el Mundial con Pons y, como me parece poco, me pongo también a correr en bici con el equipo Soria Puro Oxígeno”, comenta. De momento, toca descansar tras esta experiencia que esperan repetir y, por supuesto, mejorar.