El fútbol sala está más vivo que nunca en la provincia gracias a la reseñable temporada firmada por el VivoCuenca. Los azulones han acabado terceros en la Tercera Nacional, tan solo superados por un superlativo Moral y por un Alarcos a quien le ha disputado esa segunda plaza hasta la ultimísima jornada. Hechos los deberes, toca hacer balance de lo ocurrido este curso antes de que los jugadores disfruten de un merecido descanso de una liga que se ha alargado hasta la mitad de junio.
Manolo Moya, entrenador del FS VivoCuenca, reconoce que sabían lo complicado del ascenso, ya que vieron a un potentísimo Moral en pretemporada, lo que no les ha eximido de luchar hasta el último momento por la zona alta de la clasificación. Así, Moya pone en valor el afán competitivo de los suyos, que despidieron la temporada con una cena en familia al mismo tiempo que se disputaba un Alarcos Salesianos-Moral en el que un pinchazo local les daría el subcampeonato de liga y la posibilidad de un ascenso en caso de haber una renuncia de plaza. Pendiente todo el equipo del partido, bromea el técnico con que “estábamos compitiendo hasta en la cena”. Tras la remontada local después de ir 0-3 abajo en el luminoso, no le sonrió el resultado al VivoCuenca, que no pudo asaltar la segunda plaza y cuyas esperanzas de ascenso se desvanecen. Apunta Manolo que barajaban esa posibilidad, pero que ya no se puede contemplar dado que los dos primeros equipos quieren ascender. Más allá de lo clasificatorio, Moya se muestra satisfecho con el juego desplegado por los suyos, independientemente de algunos altibajos en casa, como el del Sacedón, del que los azulones han sabido reponerse yendo “cada vez a más”. Tanto física como mentalmente, añade, “el equipo ha estado muy bien”.
El Vivo ha disputado hasta el último suspiro el subcampeonato, manteniendo viva la posibilidad de ascenso si había alguna renuncia de plazaPÓLVORA ARRIBA
El técnico destaca como uno de los puntos fuertes la enorme capacidad goleadora de los suyos. 164 goles a favor en 32 partidos, promediando alrededor de 5 por encuentro. “Valen ha sido pichichi con 53 goles, pero es que además tienes a Budia con 26, que es una barbaridad, Ivi con 21, Cerzi con otros 16, Iván, que entró en marzo, con 13…”, reseña Moya. Por supuesto, esto es fruto y resultado de otra clave en el equipo azulón: la alta presión con la que asfixian al rival, que califica como difícil de superar gracias a “la velocidad y la actitud de los jugadores”. En la otra cara de la moneda, también admite que el equipo ha podido confiarse en momentos puntuales ante ciertos equipos: “En esos momentos de relajación no hemos mandado sobre el partido y eso nos ha penalizado”, reconoce.
Para la próxima temporada, el club tiene previsto dar comienzo a su proyecto de academia, la cual acabará nutriendo a los primeros equiposSOLO VALE EL ASCENSO
A pesar de lo meritorio de la temporada y de la juventud del proyecto, Moya asegura que, no pensaban solo en mantener la categoría ni en pasar un tiempo en Tercera para aprender, sino que su objetivo siempre ha sido ascender, creyendo en la calidad de sus jugadores. “Habrá quien me llame loco, pero es mi idea y somos ambiciosos”, asegura el decidido míster. Desvela, además, que se está trabajando para hacer algo más atractiva la liga, ya que un solo ascenso por grupo se puede quedar bastante corto y, sobre todo, hace que muchos equipos no se jueguen nada en buena parte de la temporada. “He hablado con Juan Abellán -presidente del Comité Técnico de fútbol sala- y me ha transmitido que se está luchando por esto”, comenta, haciendo referencia a la posibilidad de unos playoffs de ascenso.
Sea como sea, el VivoCuenca ya piensa en la confección de su plantel para la 2022/23. “Hay jugadores que van entrando en una edad crítica, pero que nos han dado muchísimo este año, así que vamos a seguir manteniendo la plantilla, que ya es un logro importante”, asegura, añadiendo que también buscarán nuevas incorporaciones. Tampoco resta tanto, por cierto, para el nuevo curso: darán comienzo a su pretemporada el día 8 de agosto. Por lo pronto, el club centrará sus esfuerzos en ese proyecto de academia para el que esperan una buena acogida. Tras ello, el Vivo seguirá “viviendo” por y para el ascenso.
“Nuestro objetivo siempre ha sido ascender porque creemos en los jugadores que tenemos y que hemos tenido. Con lo que tenemos, debemos estar en 2ªB. Habrá quien me llame loco, pero es mi idea y somos ambiciosos”