El colegiado conquense Israel Martínez realizó las primeras pruebas físicas de la temporada con motivo de la que será su 19ª temporada arbitrando en la élite del fútbol sala nacional. Unas pruebas que tanto el conquense como el resto de los árbitros castellano-manchegos solventaron sin ningún problema. La preparación que han llevado durante el confinamiento, unido a posteriori con la carga de trabajo habitual para el inicio de la temporada, demostró el buen estado físico de todos ellos.
Sánchez-Molina Tapiador, Rodrigo Miguel, Martínez Segovia, Blas Alonso y Romero CandelaGrabar de Primera División, además de Carrión Alvárez y Cazorla Pérez (recién ascendido) de Segunda Divsión realizaron los test físicos habituales de fútbol sala: velocidad, resistencia y el test "T".
La pandemia ha obligado a que los comités territoriales, en coordinación con la Comisión Técnica Nacional de Árbitros de Fútbol Sala, realicen estas pruebas donde, llevando a cabo los protocolos sanitarios demandados por la localidad, FFCM así como a nivel nacional, pudieran realizarse. La ciudad de Malagón se mostró dispuesta en todo momento, agradeciendo desde FFCM la labor realizada por los técnicos deportivos para tener todo a disposición de los empleados federativos así como árbitros de fútbol sala y fútbol. Estuvieron presentes miembros de la Junta Directiva como Cristian García (presidente), Javier Moratilla (vicepresidente) y Ricardo Escudero (director del área técnica) que en todo momento acompañaron a los árbitros.
ÁRBITRO Y TRABAJADOR ESENCIAL
El pasado mes de junio, el colegiado conquense que vivió los momentos más duros de la pandemia al trabajar como técnico de transporte sanitario en el servicio de ambulancias del Hospital Virgen de la Luz, vivió con intensidad la vuelta del fútbol sala en su formato de playoff exprés que dirimiría al nuevo campeón de la competición pausada por la pandemia de Covid-19. Con todo, Martínez señalaba la esperanza a sus 44 años de poder vivir una temporada más como colegiado de la LNFS.
