El Liberbank Cuenca retornaba a su cancha con la intención de continuar su buena racha en Liga Asobal durante la segunda vuelta de competición. Enfrente tuvo un duro Granollers, con ansias de revancha tras la eliminación copera. Ambos equipos protagonizaron un duelo que no se decidió hasta la última jugada, donde Maciel volvió a ser la pesadilla de su rival y el gran protagonista de los conquenses.
Comenzó muy igualado el partido, con ataques algo atascados, sobre todo en el caso de los de Antonio Rama, que no se encontraron cómodos en las fases ofensivas en estático. La primera escapada en el marcador la protagonizaron los locales gracias a las paradas de Maciel y las pérdidas de balón rivales. Tales acciones dieron vía libre a la velocidad de Sergio López al contrataque que, junto a un inspirado Moscariello en el pivote, lograron un parcial de tres arriba para el Liberbank a los diez minutos.
RESPUESTA DE GRANOLLERS
Con la lección aprendida, Granollers evitó que los conquenses agrandaran el parcial y se volvieron a poner a sólo un gol gracias a las intervenciones de Almeida. Sin embargo, la entrada de Dutra en escena volvió a dar un colchón de dos tantos al Cuenca. Rama tiró de tiempo muerto para reorganizar a los suyos y el parón momentáneo de juego tuvo el efecto deseado para su equipo. Los goles de Adriá Martínez junto a las paradas de Almeida, dieron la vuelta al choque y pusieron por delante a los visitantes por primera vez en el partido camino a vestuarios (12-13).
Tras el descanso la rivalidad se hizo candente sobre la pista azul. Las internadas de Natan Suárez sacaron petróleo en forma de exclusiones rivales, pero pese a la superioridad numérica – hasta en dos exclusiones en los primeros diez minutos-, Cuenca veía como la diferencia no se reducía, sino que aumentaba hasta los cuatro tantos por las paradas de Almeida. Lidio se vio forzado a posar la tarjeta en la mesa central para evitar que tal dinámica sentenciase a su equipo.
Lejos de tirar la toalla, los conquenses se agarraron a su mejor factor: el trabajo en defensa. Los contrataques no tardaron en llegar, si bien no fueron del todo efectivos ante la imponente presencia del portero de Granollers. Pese a ello, Natan Suárez fue el encargado de poner el empate de nuevo en el partido a falta de diez minutos para el final, resarciéndose así de los contrataques errados ante el guardameta brasileño.
Alcanzada la igualada, las exclusiones de Mendoza y Montoro -con apenas 20 segundos de diferencia entre una y otra- diezmaron a los de Lidio, pero el equipo aguantó el revés y siguió en el partido gracias a los goles de Thiago Alves.
Entrados en los últimos cinco minutos, Doldán llevó el éxtasis a la grada poniendo de nuevo a su equipo arriba (24-23) y El Sargal comenzó a rugir con Leonel Maciel volviendo a erigirse protagonista del escenario conquense con sus paradas.
FINAL DE INFARTO
El visitante Adriá Martínez, que se había mostrado infalible en el acierto, erró su internada desde el extremo en el último minuto, mandando el balón a la base del poste. Con empate a 25 y la posesión a favor, Lidio Jiménez pidió tiempo muerto mientras el Sargal cantaba ‘Sí se puede’.
En la reanudación, el aviso de pasivo forzó el tiro decisivo de Thiago Alves, que volvió a ganar la partida a su paisano, colocando al Cuenca uno arriba a 11 segundos para la conclusión.
Antonio Rama agotó su tiempo muerto en busca de la igualada. Pese a sólo contar con pocos instantes, aún hubo tiempo para que Cuenca se quedara con uno menos por la exclusión de Thiago Alves. En la última jugada, Gassama recibió el balón en el extremo, el salto imponente del catalán lo dejó sólo ante Maciel, pero el argentino volvió a erigirse en la ‘bestia negra’ de Granollers parando el lanzamiento y dando la victoria al Cuenca.
Un triunfo agónico y que llenó de pasión y cánticos de ‘Campeones, campeones’ el Sargal ante una nueva exhibición de pundonor, sufrimiento y balonmano de este equipo que quiere seguir rompiendo todos los registros.