Escribía el compañero de profesión y jefe de prensa del Balonmano Liberbank Cuenca, Carlos Massó, que para este equipo “no hay misiones imposibles”, y uno podía pensar que el equipo de Lidio Jiménez terminaría pagando el tremebundo desgaste de varios partidos por semana condicionados por las bajas y las reconversiones de posición de los jugadores disponibles, con la consecuente carga de minutos que ello conlleva. Pero los conquenses aterrizaron en el Palacio de los Deportes de La Rioja con el objetivo de repetir el resultado de alguna de las dos últimas temporadas: el empate de la 2018/19 (30-30) o la victoria de la 17/18 (29-33), en un escenario en la que la presente temporada sólo ha ganado el FC Barcelona.
Ante la adversidad, Jiménez sacó una vez más su mejor repertorio posible y una máxima de continuar dejándoselo todo en la pista. Esto se tradujo en una intensidad defensiva lo suficientemente fuerte para solventar el hecho de que Leo Maciel dejara muestras de que también es mortal (el argentino completo un primer tiempo con sólo una parada de 17 lanzamientos). Logroño empezó fuerte con un parcial 3-1, pero Cuenca respondió a la contra con robos de guante blanco de Natan Suárez y Sergio López, que se convirtieron en un parcial de 0-3 para dar la ventaja en el marcador a los visitantes (4-5).
Pasados los primeros lances, los de Lidio armaron el brazo desde lejos para lograr batir a Sergey Hernández, de la manera que Logroño respondía de manera casi fugaz nada más sacar de mitad de campo, con Dapiran con gran protagonismo en la anotación riojana. Por Cuenca destacaron en estos minutos Dutra, Alves y Moscariello, excelso creando el espacio para recibir en el pivote y anotar dos goles consecutivos que dieron la ventaja momentánea de dos goles (8-10) que obligó a pedir tiempo muerto a Miguel Ángel Velasco.
De esa pequeña renta se volvió a la igualada con los goles Kukic y Hackbarth (12-12). Hubo que esperar hasta la exclusión de local Ligetvari para que, tras desaprovechar la oportunidad de ponerse de nuevo con dos goles, Leo Maciel realizase su primera intervención evitando el gol de Garciandía.
El primer tiempo culminó con una sucesión de golpes en una y otra portería de una alta calidad: con Sergio López manteniendo su 100% de acierto desde el extremo y Leo Dutra realizando una bestial internada casi hasta la portería de Hernández por el bando conquense, y con Kukic mandando el partido al descanso con empate tras un bestial lanzamiento lejano (16-16).
El ‘toma y daca’ continuó nada más arrancar el segundo tiempo con dos iniciativas muy distintas. Cuenca se resentía del inevitable cansancio y atacaba con ataques largos protagonizados casi por completo por su primera línea, donde Dutra era toda una pesadilla para Sergey Hernández. Por contraparte, Logroño corría raudo al ritmo de Balenciaga que cuando no intentaba la internada en el 6-0 conquense, asistía a Kusan en el pivote o Hackbarth en el extremo.
Con el conteo de un gol arriba para el Liberbank y la igualada posterior de Logroño avanzó el partido hasta el ecuador del segundo tiempo, cuando dos paradas del portero hispano-ruso y un gol de Ligetvari provocaron la ventaja local y el tiempo muerto de Lidio Jiménez (24-23).
El inciso fue clave para que Velasco pusiera la barrera sobre Dutra, que se encontró por dos veces a Sergey Hernández, mientras que Leonel Maciel, la defensa y el poste de la portería conquense evitaron que Logroño alcanzara el ‘más dos’. Entrados en los últimos diez minutos, era notable la carga física a Cuenca, que se servía de las individualidades para seguir tuteando a Logroño en el electrónico, pero Hackbarth era un cuchillo desde la esquina para la defensa de Lidio que sufría con el rápido movimiento de balón de un Logroño mucho más fresco que logró finalmente separarse en la anotación tras los goles de Migallón y Balenciaga (28-25), el último cuando el Liberbank disfrutaba de superioridad numérica por la exclusión de Kusan.
Pese al golazo de Manu Díaz (28-26) y la defensa al hombre de Sergio López sobre Balenciaga, los locales jugaron perfectamente sus cartas para amarrar el resultado a base de una mejora defensiva a la que un lastrado Liberbank Cuenca no pudo sortear. El choque finalizó con un postrero gol de Doldán para los conquenses y la reafirmación de Hackbarth como una de las razones de peso por las que Logroño se dejó los puntos en su feudo. Dutra maquilló el marcador con el tiempo cumplido desde los siete metros para cerrar una actuación personal en el choque con 12 goles.
El encuentro concluyó con el triunfo por 31-28 y la muestra de que Cuenca luchó hasta donde pudieron sus fuerzas, tiradas por un Dutra excelso desde larga distancia, pero con la sensación de echar de menos la extraterrestre regularidad de un Leo Maciel que esta vez no estuvo fino bajo el arco.
