Punto y final al periplo europeo del Rebi Cuenca, que se despidió ganando 28 a 24 al Pfadi Winterthur. Buenas sensaciones para despedir esta fase de grupos que define como una positiva experiencia.
Con sensación de satisfacción se va Lidio Jiménez al ver también las caras de la gente que disfrutó de una buena noche en El Sargal. “Ha habido un buen ambiente y se van con la sensación de que el equipo va a mejor y de que nos hemos dejado la vida, así que se lo dedicamos a la afición”, transmite.
En cuanto al partido, el único “pero” que le pone es el haber tenido que ganar “cuatro veces”, aludiendo así al número de veces que dejaron que los suizos se acercasen en el marcador en un choque que pudieron dejar sentenciado antes.
Si bien no ha sido la fase de grupos que deseaban, señala que el paso por esta fase de grupos siempre es positivo, estableciéndose como un equipo respetado. Deja un regusto amargo, eso sí, lo que podría haber pasado si el equipo no hubiese acusado tantas lesiones. “Creo que si hubiésemos estado todos, podríamos haber pasado a la segunda fase”, declara el míster.
Por otra parte, transmite también que en Cuenca falta ese “gen” de creer en uno mismo que sí tienen equipos como Granollers, Bidasoa o Ademar. “Nos falta esa mentalidad de creernos que podemos ganar y de que somos mejores que algunos equipos europeos. Eso hay que crearlo a base de clasificarte y competir, y hay que darnos cuenta también de que el balonmano español está creciendo”, apunta.
Miguel Espinha, portero del Rebi Cuenca, coincide con el entrenador a la hora de hablar de una fase de grupos en la que “podíamos haber hecho más”. No obstante, aboga por aprender de esta experiencia y tener claro que deben salir con la sensación de que otros equipos “no han sido mejores que nosotros”.
Apuesta ahora por centrarse en liga y, principalmente, en estos dos partidos previos al parón que les enfrentarán al BM Nava y a Bidasoa Irún.
