El periplo europeo del Rebi BM Cuenca se daba por finalizado ayer tras caer ante un transatlántico como el Bjerringbro-Silkeborg. Un partido de idas y venidas en el que, señala Lidio Jiménez, técnico del Rebi, el punto de inflexión se encontró en un inicio de segunda parte en el que no veían acierto de cara a puerta y, por tanto, el equipo se vino abajo y “dejó de creer”. Con esta breve incursión europea acabada, el equipo tan solo piensa ahora en ganar en Valladolid.
Jiménez valoró el buen primer cuarto de hora que hicieron los suyos, consiguiendo ponerse por delante con una renta que invitaba a creer en una eliminatoria igualada. No obstante, las pérdidas acabaron por condenarles de cara al descanso, al que se fueron cuatro goles por debajo. “Irte al descanso con nueve pérdidas de balón te condiciona todo”, lamenta.
En la segunda mitad, reconoce que el equipo no ha creído. “Esto debe hacer reflexionar, no se puede desperdiciar un minuto en Europa”, asevera Lidio, añadiendo que el equipo no ha llegado a competir. Esto se debe, sobre todo, a la falta de acierto en el inicio de los segundos 30 minutos, lo que les habría hecho venirse abajo, al mismo tiempo que un inclemente Silkeborg seguía con la maquinaria. “Si no estás al 200% física, táctica y mentalmente es muy complicado competir con ellos, son mejor que nosotros”, apunta.
Con todo ello, el entrenador tiene claro ahora cuál es su objetivo: la ASOBAL, la cual empezarán visitando el próximo miércoles al Atlético Valladolid. Una vez disfrutadas estas dos eliminatorias, “toca resetear” y sacar una victoria del Huerta del Rey. Por otra parte, y para paliar la tristeza de la eliminación europea, Lidio deja una última reflexión sobre este aspecto apelando a las tres últimas clasificaciones a Copa EHF en cinco años. “Hay que poner en valor que siempre estamos ahí. En el club se está trabajando bien con los medios y circunstancias”.