Tenía una herida demasiado honda el Liberbank Cuenca tras su traspiés en el debut de liga y pasar por el rodillo del FC Barcelona Lassa. Una bestia con ganas de volver ante su público, con la lección aprendida y una necesidad imperiosa de victoria.
El choque ante Frigoríficos Morrazo fue el partido que debería haber realizado el equipo de Lidio en su estreno. Tan motivado por su incansable público, como por el hecho de no llevar puntos en su casillero, el Liberbank Cuenca avasalló a Cangas gracias a un Leonel Maciel que retomó su mejor versión junto con Dutra, que volvió a ser la referencia en ataque esplendoroso con 9 goles.
No sabemos si Lidio será muy supersticioso, pero la curiosidad del encuentro fue que el Liberbank Cuenca cambió el orden de su posición en el campo. Comenzando defendiendo en el área más cercana a la entrada principal del polideportivo para finalizar el partido en el lado de la Furia Conquense.
En cuanto al choque tuvo un comienzo igualado. Durante los primeros minutos, los conquenses daban la impresión de repetir errores condenatorios como pérdidas y faltas en ataque. Ello, unido a la dureza de Cangas, hizo que el marcador estuviera ajustado hasta el ecuador del primer tiempo. Fue entonces cuando ‘el hombre tranquilo’, Leo Maciel, entró en calor. Parada a parada, el argentino fue agotando los recursos rivales a medida que Leo Dutra torpedeaba la portería rival. Y así, Cangas agradeció el final de la primera media hora de juego con un 15-8 entre el terremoto de alegría a base de botes y cánticos de la Furia Conquense.
DIFERENTE PARTE, MISMA INTENSIDAD
Pero de imprudentes también está lleno el cementerio. Por eso, y ante el flashback de viejos cánticos de creer ganar el partido antes de ni siquiera saltar a las tablas, Lidio volvió a apretar las tuercas de sus máquinas con apariencia de jugadores de balonmano y no hubo giro inesperado de los acontecimientos.
El meticuloso Maciel seguía desbaratando lanzamientos de varias distancias hasta alcanzar las 15 paradas en el partido, antes de ser ovacionado y sustituido por un no menos inspirado Kilian Ramírez que dejó 5 intervenciones bajo el marco bicolor. Por la otra parte, Montoro se unió al festival goleador que fue engrandeciendo la ventaja hasta doblar la numeración rival. El campeón del mundo finalizó con tres tantos, los mismos que Santi Baronetto y Óscar Río, y uno más que Moscariello, Doldán y Sergio López.
En la mitad de la segunda parte ya alcanzaba un 23-12 el videomarcador de El Sargal y, a sabiendas del control férreo como el gran mordisco de un depredador que no deja escapar su cena, el Liberbank Cuenca no aminoró la marcha hasta el pitido final. El técnico rival, Serra, dio entonces rotaciones a sus jugadores. Un gesto que Lidio también repitió dando entrada al canterano Alex Taravilla y propiciando unos minutos finales que fueron de la degustación de Hugo López, que finalizó con 4 goles, hasta alcanzar el resultado final de 31-16.
Victoria dulce y balsámica en la que Lidio destacó lo que tanto se venía repitiendo antes del encuentro, el ‘recuperar la señal de identidad’, el cambio esencial en la actitud defensiva y el no precipitarse en ataque, tal y como ocurrió ante el Valladolid, y, sobre todo, la vuelta a sus fueros de Leonel Maciel. Una sensación que es el fruto del buen hacer defensivo, tal y como ha señalado Jiménez. “Si la defensa está bien, Leonel para. Hemos trabajado mucho para suplir la baja de Mendoza, Luca ha hecho un gran trabajo”.
De esta manera, el Liberbank Cuenca no sólo recupera su seña de identidad, sino que gana una moral que necesitaba de manera urgente para empezar a escalar puestos en la tabla, por un lado, y para afrontar por otro, el difícil choque el próximo sábado en la cancha del Balonmano Benidorm.
