Volvía la competición a El Sargal y todo el mundo quería que fuera la gran fiesta del balonmano. Gradas repletas, ánimos acalorados pese a las puertas de emergencia abiertas de par en par para que circulara algo de viento fresco en la caldera que aquel polideportivo iba a convertirse. Una ceremonia que tuviera un invitado al que zarandear para el beneplácito del graderío, pero el Atlético Valladolid se convirtió en un huésped algo inesperado. Los pucelanos con una defensa de 5-1, un acertado Carlos Calle bajo palos y un ataque que culminó 17 goles por parte sorprendieron a El Sargal. Los de Lidio eso sí, vendieron cara su derrota con opciones hasta el último segundo de sacar un punto, pero la suerte pareció dar la espalda al Liberbank Cuenca en su estreno.
Desde los primeros minutos, observábamos un dubitativo y precipitado Liberbank Cuenca que sufría pérdidas infantiles y realizaba faltas en ataque ante el sistema defensivo con la primera línea visiblemente adelantada que estableció el técnico visitante David Pisonero, y que hizo desvanecer las ocasiones de comandar el marcador por parte de los locales.
Por el otro lado, un Atlético Valladolid más atinado conseguía muy temprano un preocupante parcial de 2-6 que hacía apretar los dientes en defensa para que Sergio López en una de sus habituales carreras a toda pista marcara un gol para levantar los ánimos. Sin embargo, pese a las intentonas, los visitantes no bajaban el ritmo y seguían estirando la ventaja. Sólo el artillero pesado Dutra con sus cañonazos y las apariciones de Ángel Montoro evitaban que el conjunto pucelano se fuera en el marcador, llegando al descanso con un 15-17 favorable a los visitantes.
SEGUNDA PARTE
Mientras el ataque seguía dando esperanzas, continuaba la fragilidad en defensa. En los primeros cinco minutos de la reanudación, el Liberbank Cuenca sufría un parcial de 1-4. El partido seguía un curso acelerado en ritmo y goles que ponía muy cuesta arriba cualquier opción de remontar. Pasados los 10 minutos, Valladolid vencía 20-25. Se hizo un atisbo cuando dos paradas de Leo Maciel se vieron transformadas en sendas asistencias a la contra para su paisano Baronetto, que recortaba la distancia a tres. Un latido de vida en el cardiograma conquense que levantaba los ánimos de El Sargal y hacía pedir tiempo muerto visitante.
Pero no llegaba ese giro total de las dinámicas que favoreciera al Liberbank Cuenca, más bien imperaba un desequilibrio en el esfuerzo que necesitaba cada equipo para lograr su objetivo. Valladolid se valía de cualquier mal paso dado por los locales para hacer daño, mientras que los pupilos de Lidio debían trabajar más duro para romper con acierto la defensa 5-1 rival. Así, en el ecuador del segundo tiempo, los visitantes continuaban cuatro arriba (24-28). La Furia Conquense trató de aportar un granito más a ese esperado punto de inflexión vitoreando el “sí se puede”, pero los vallisoletanos no bajaban su acierto de cara a portería.
FINAL DE INFARTO
Con el tiempo y la ventaja a favor, las precipitaciones y errores en ataque se acentuaban en el bando de un Liberbank Cuenca. Lidio Jiménez trató de responder con un 5-1, haciendo que Hugo López se convirtiera en la sombra del lateral izquierdo. Llegados a los diez últimos minutos, se volvió a dar otra señal de posible remontada con la buena respuesta en defensa y los goles de Montoro, Baronetto y Dutra. Se acercaron a dos los conquenses, la grada volvió al ‘sí se puede’, pero faltaban las paradas de Maciel que en otras ocasiones hubieran provocado que el Liberbank hubiera vencido con soltura.
En el ocaso del partido y agotando su último tiempo muerto, Lidio echó el resto. El Liberbank volvió a ponerse a dos goles (32-34) a falta de sólo dos minutos, pero el técnico vallisoletano no quería que se le escapara su primera victoria en El Sargal. Agotó posesión, pidió tiempo muerto y su equipo siguió estrujando el reloj hasta el límite. Sin embargo, Cuenca quería puntos. Doldan marcó entrado el último minuto (33-34), Valladolid sacó de centro, Óscar Rio rozó el robo a falta de veinte segundos, los pucelanos sacaron el golpe franco sin intención de lanzar. Para cuando lo hicieron, los gigantes brazos de Montoro y Colo Vainstein detuvieron el lanzamiento y pasaron el balón en largo hacia Sergio López que corrió hasta el área rival, y cuando se disponía a lanzar, tuvo la mala suerte de que se le resbaló la pelota. Sonó la bocina, Cuenca nadó hasta el último aliento pero murió en la orilla.
FICHA TÉCNICA:
LIBERBANK CUENCA: Maciel (portero), Vanstein, Doldán (3), Mendoza, Baronetto (5) Thiago (4), Sergio López (5, 1 penalti) –siete inicial- Dutra (7), Hugo López, Moscariello, Río (3, 3 penalti), Montoro (5), Nolasco (1) y Kilian (portero)
RECOLETAS ATLÉTICO VALLADOLID: César (portero), Diego Camino (6, 2 penalti), Serdio ( 2), Roberto (2), Serrano (9, 3 penalti), Miguel Camino (2), Víctor (3) –siete inicial- Nico López, Dani Pérez, Adrían (4), Rubén Río (3), Mouriño (1) y Carlos Calle (1) (portero)
ÁRBITROS: Martín Soria y Monjo Ortega, dos minutos en el Liberbank Cuenca a Doldán y en el Recoletas Atlético Valladolid a Adrián, Sergio y Miguel Camino.
MARCADOR CADA CINCO MINUTOS
Primer tiempo: 31-3, 2-6, 7-8, 8-11, 12-15 y 15-17.
Segundo tiempo: 16-21, 20-24, 23-27, 27-31, 30-34 y 33-34.
INCIDENCIAS
El Sargal. Mil espectadores.