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Kung Fu

Kung-Fu: un arte milenario para llenar cuerpo y alma

Wu Tao Arcas enseña a más de una treintena de alumnos este ancestral arte marcial que combina deporte y filosofía para la vida
Fotos: A.D.V.
25/05/2024 - Alejandro del Valle

Las artes marciales chinas, tan variadas como estéticas, tienen tras de sí más de un milenio de historia, y hace tiempo que también comenzaron a traspasar las barreras del país asiático. Una de las más populares alrededor del mundo es el kung fu, y Cuenca no solo no es ajena a esta práctica, sino que además la ha integrado con éxito gracias a los distintos clubes y matrices que hay a lo largo y ancho de la provincia. El más numeroso es el Wu Tao, que recoge a un gran número de alumnos en todas sus escuelas. En el caso del municipio de Arcas, más de 15 años avalan la escuela que, a día de hoy, sigue creciendo.

A cargo de las clases está Santiago David Domínguez-Solera, quien lleva 35 años ligado al kung fu. Tras cuatro años impartiendo clases en Madrid, regresó a Cuenca y recibió la propuesta del Ayuntamiento de Arcas tras el éxito que había tenido esta disciplina en otros municipios conquenses. Desde entonces, la actividad se ha llevado a cabo de manera ininterrumpida durante 15 cursos. Alrededor de 30 personas –con años de más o menos alumnos– de media se han mantenido constantes en Wu Tao Arcas, algo que el instructor celebra, pues también se transmite dentro de las familias, entre hermanos.

El aspecto más curioso de esta escuela es que se enseña el kung fu partiendo de unas enseñanzas con “origen conquense”. Ángel García Redondo, de Wu Tao Cuenca capital, empezó a desarrollar este estilo y, a día de hoy, se imparte no solo en Arcas, sino también en Villar de Olalla, Almodóvar del Pinar, Iniesta, Fuentes y San Clemente. A través de modificaciones en los movimientos y formas de trabajar, el estilo desarrollado por Ángel sigue, por supuesto, los dogmas del arte marcial. “Los alumnos hacen kung fu con mis aciertos pero también con mis vicios, en los campeonatos la gente reconoce al profesor viendo a los alumnos”, cuenta Santiago entre risas.

La Escuela Wu Tao está presente en distintos puntos como Cuenca, Arcas, Almodóvar del Pinar, Villar de Olalla, Iniesta, Fuentes y San Clemente

METODOLOGÍA

Amparados bajo este estilo, Santiago explica que las clases se fundamentan en la metodología del juego. “Quien viene aquí viene a pasarlo bien, funcionamos desde el refuerzo positivo”, declara, ya que es esto lo que hará que los practicantes se mantengan en el camino. Lo define como una carrera a largo plazo, ya que no es algo que se pueda “enseñar” sin más, sino que es un continuo crecimiento.

Destaca asimismo lo completo de este arte marcial, ya que se trabajan todos los grupos musculares a través de la flexibilidad, fuerza y velocidad en dinámicas tanto individuales como en grupo, sin olvidar también la imprescindible técnica a la hora de usar las armas. En esta metodología del juego integran incluso aspectos de otros deportes como puede ser el crossfit, fútbol o el tenis. “Saber bloquear y coger las pelotas de tenis, por ejemplo, son

 reflejos y coordinación”, explica el instructor.

Esta gran variabilidad y adaptación permite que cada persona, en función de sus cualidades –altura, fuerza, habilidad con las armas– pueda adecuarlo a lo que más le interesa. “Vale cualquier tipo de cuerpo, habilidades físicas… y dentro de la diversidad, también entendemos que la gente con discapacidad entrena y compite con nosotros. Lo único que nos divide es la edad y el cinturón”, transmite. “Desde niños de tres años hasta la ancianidad absoluta, se puede hacer kung fu a todas las edades”, expresa Santiago, añadiendo que jamás se separa a hombres de mujeres.

Entre las razones por las que decidieron apuntarse a kung-fu, algunas jóvenes alumnas como Celia, Libertad, Alejandra, Claudia, Adelina o Adara nombran la autodefensa, el control o la liberación de la ira al mismo tiempo que muestran su predisposición a continuar en el camino del kung-fu para conseguir ser cinturón negro.

A través de una metodología basada en amenos juegos se instruye a los alumnos en kung fu al mismo tiempo que se difunden sus valores y filosofía

CUENCA, REFERENTE

Por otra parte, Cuenca también se ha ganado a pulso ser un referente en la tradición del kung fu en España. En el pasado, para examinarse y obtener la titulación debía viajar a Galicia, que era donde más practicantes había. “Ahora nos toca aquí, por suerte. No somos un deporte minoritario, somos un deporte en expansión y emergente”, recalca el instructor, poniendo también de ejemplo los “multitudinarios campeonatos” que se organizan en Cuenca y que llenan los polideportivos mañana y tarde.

Los muchos años que se lleva practicando el kung fu en Arcas les han valido numerosos trofeos que se exponen en el Polideportivo Municipal, aunque desde el club se le resta importancia –dentro de que es el reflejo del buen trabajo que se hace–, ya que este no es para nada el objetivo prioritario con el que acuden a los torneos. “No hacemos equipos de súper deportistas ni llevamos solo a cinturones negros. Queremos que participe todo el mundo y que se acostumbren a salir delante de cientos de personas”, cuenta.

Porque la meta que se persigue desde Wu Tao Arcas no es otra que conseguir que “el kung fu sea parte de su vida durante muchos años y les aporte cosas buenas”. En este sentido, recalca que no se cría ni se educa en violencia, sino que se viene a “educarte física y mentalmente”.

Del mismo modo, las artes marciales no se pueden comprender alejadas del aspecto filosófico –taoísta y budista– bajo las que se fundamentan. Al igual que en China siempre ha habido una gran diversidad debido a su extensión como país, y estas enseñanzas se trasladan también al kung-fu, haciendo de este arte marcial un “todo” integral en el que se combina cuerpo y mente a través de la filosofía y los valores que trata de transmitir, tales como la disciplina, la solidaridad, el compañerismo, el autocontrol o el respeto por los demás.

Mientras el kung-fu sigue consolidándose en Cuenca, Santiago invita a todo el mundo a probar un deporte “integrador” beneficioso para cuerpo y mente que bebe de la más ancestral filosofía china.

El kung fu ha ganado un gran número de adeptos en los últimos años. Tanto es así que es habitual ver cómo los municipios conquenses acogen campeonatos nacionales y distintas concentraciones con mucho público