Tras vivir en el día de ayer la primera gran etapa de montaña, hoy le tocaba al pelotón afrontar su séptima jornada de competición, la más larga de la edición, con un total de 230 kilómetros, con salida en la localidad de Belfort y llegada a la ciudad de Chalon-sur-Saone. Un recorrido con un perfil llano y que hacía presagiar un final de sprint masivo. En torno a las 11:40 de la mañana, siendo la salida más madrugadora de lo que llevamos de Tour de Francia, los corredores iniciaban la etapa y apenas pasados dos kilómetros, ya se iba a formar la fuga del día.
A diferencia de ayer, hoy sólo dos corredores decidían saltar del grupo y buscar, poco menos que un milagro, llegar a meta escapados. Dos caras conocidas en esta edición en cuanto a fugas y, hasta el momento, dos de los grandes candidatos a ser nombrados al final de la edición como el corredor más combativo. Se trata de los franceses Stéphane Rossetto, compañero de Jesús Herrada en el conjunto Cofidis, así como Yoann Offredo, del equipo Wanty-Gobert. A partir de aquí, la etapa iba a transcurrir sin mayores problemas, salvo alguna caída en el pelotón que, por suerte, no tuvo mayores consecuencias. El grupo cabecero iba a obtener una ventaja máxima de cinco minutos, al paso por el kilómetro 40, mientras por detrás se encargaba de tirar el equipo Jumbo-Visma, con el alemán Tony Martin asumiendo gran parte del peso del grupo.
Controlada la diferencia de tiempo, el pelotón iba a ir reduciendo progresivamente la distancia hasta absorber a los dos escapados a falta de 22 kilómetros para la meta. A partir de aquí, los equipos con los principales sprinters del pelotón iban a ir cogiendo posiciones para lanzar el sprint. Una vez llegados a la localidad de Chalon-sur-Saone, los conjuntos Bora-Hansgrohe y Deceuninck Quick-Step iban a ser los mejores colocados, poniendo estos últimos el denominado “tren”, con Yves Lampaert, Michael Morkov y el argentino Maximiliano Richeze lanzando el sprint para su velocista estrella, el italiano Viviani, pero esta vez no iba a tener las piernas de hace tres días, cuando se impuso en la llegada a Nancy. Un sprint muy igualado entre tres corredores, pero que finalmente se iba a imponer el holandés Dylan Groenewegen, del conjunto Jumbo-Visma, por delante del australiano Caleb Ewan y el eslovaco Peter Sagan, de los conjuntos Lotto-Soudal y Bora-Hansgrohe, respectivamente. Con esta victoria, el conjunto holandés sigue firmando un excelente Tour de Francia, ya que es en la tercera etapa que se imponen, mientras que Groenewegen suma su cuarta victoria parcial en la “Grande Boucle”. Por su parte, Jesús Herrada llegaba en la posición 136, a 3:13 del vencedor de la etapa, pero guardando fuerzas para los próximos días.
En cuanto a la clasificación general, entre los principales nombres no ha habido ningún cambio, donde seguirá de amarillo el italiano Giulio Ciccone, del conjunto Trek-Segafredo, mientras que Jesús Herrada ha bajado hasta la posición 62, a 21:28 del líder. Para mañana, la etapa tendrá 200 kilómetros de recorrido, con salida en la localidad de Macon y llegada en la ciudad de Saint-Étienne. Una etapa de las denominadas “rompepiernas”, dado que hay bastantes cotas a lo largo del recorrido, hasta 7 serán puntuables en la clasificación de la montaña, y en la que puede ser un día idóneo para que llegue