Hace tres meses que Jordi Fabregat volvió a sentarse en el banquillo de la Unión Balompédica Conquense para afrontar el difícil reto de conseguir la permanencia en un año horrible para la entidad en lo que a materia deportiva se refiere. Una vez conseguida la ansiada permanencia y en la víspera del último partido de la campaña, hablamos con el técnico catalán que deja muy claras sus intenciones con el club conquense.
- Lo primero, ¿Cómo estás? ¿Cómo están siendo estas últimas sesiones de la temporada tras lograr la permanencia?
R: Contento. Venimos de cumplir el objetivo que era prioritario y necesario. Obligado diría yo. Y era algo dificilísimo, porque era una situación (el descenso) que no era buena para nadie. Ni para la entidad, ni para la ciudad, ni para los jugadores, ni para todo aquel que representara al Conquense. No sólo por el descenso del club, sino también porque hubiera provocado el descenso del San José Obrero.
- En los entrenamientos se nota ese alivio, lo que hubiera supuesto tener que jugarse todo en esta última jornada ante La Solana.
Era importante salvar la categoría en Almagro. El llegar a esta jornada para jugártelo con un equipo que si te ganaba podía lograr él su salvación a tu costa, vendrían aquí pensando en conseguir una heroicidad. Creo que en ese escenario hubiéramos partido con desventaja. Estamos contentos de haberlo logrado. La semana ha sido muy buena, los chicos estaban contentos, unidos y había un gran estado de ánimo.
- No ha terminado la temporada y muchos piden ya el anuncio de su continuación al frente del proyecto. ¿Cómo está ese asunto?
Hay una realidad que me gustaría compartir. Estuve un año y medio desvinculado del fútbol y con una llamada, el Conquense me devolvió la ilusión, me volvió a mostrar esa confianza. Cuando ciertas personas te demuestran eso, sientes una aceptación como la que he vivido desde que he llegado. Eso es un privilegio. Tengo claro que en mi interior está el Conquense y quiero lo mejor para ellos, el mejor proyecto y poder llegar a un acuerdo para poder seguir. Si me hacen una oferta, la Balompédica será la primera y la única que escucharé. Para mí fue un orgullo venir y es un privilegio seguir. Tengo claro que quiero que sea en la Balompédica.
- Entiendo que por su parte está claro, sólo falta por ver hasta qué punto es viable el proyecto que usted quiere para el club.
Me importa muchísimo el proyecto, que es la línea a seguir. Yo siempre voy a ceder de mi parte. Creo que se puede hacer un equipo competitivo para la temporada que viene, pero ahora toca hablar con la boca pequeña y el corazón grande. Uno sabe que la obligación del Conquense tiene que ser estar entre los cuatro primeros, sin ninguna clase de presión añadida. Competir de manera humilde y estar arriba. Se puede hacer un proyecto sólido.
- ¿Qué le ha enseñado esta corta pero intensa experiencia en su vuelta al Conquense? ¿Qué ha sido lo que más ha valorado y dónde ha sufrido más?
Pues el desconocimiento. Ese desconocimiento del inicio que te hace ir a ciegas pero que te ilusiona cuando ves a los jugadores. Poco a poco, cuando he tenido ese conocimiento de la plantilla es cuando he tenido más responsabilidad. He visto que la permanencia ha sido ganada a través de mucho esfuerzo, por eso le doy mucho valor.
- Sí es cierto que desde un inicio usted dijo que el equipo debía atacar más y sí ha tenido más gol.
En una liga regular a 38 partidos, yo hubiera priorizado una propuesta. Pero en la situación en la que estaba, preparaba los partidos con la única función de ganarlos, de lograr el resultado a nuestro favor pese a que eso conllevara renunciar a ciertas cosas, a saber que podíamos cometer errores. Pero había muy poco tiempo y sólo valía ganar, no importaba cómo.
"Quiero que el partido de este domingo sea un partido de reconciliación después de esta mala temporada. Tiene que ser una fiesta y disfrutar. Pero disfrutar es tener el balón, tener ocasiones de gol, jugar combinadamente y gustarnos, que los chicos se quiten toda esa tensión acumulada y disfruten del fútbol"
- Una de las cosas que más me ha llamado la atención de usted, es la constante charla con los jugadores no sólo a nivel táctico, sino también a trabajar el aspecto mental pese a ser jugadores que llegaba el fin de semana y no jugaban un solo minuto.
Ha habido mucho trabajo psicológico. Cuando llegué se veían jugadores luchar por su ego, pero no había una unión. Cuando un equipo unido no juega bien, puede ganar; pero si un equipo que no está unido y encima juega mal, lo más normal es que pierda. Nos ha pasado en partidos que hemos merecido perder, pero los chicos ya no sólo luchaban por sí mismos, por lograr ser titular y sumar en su ego personal, sino también por salvar la categoría, por el equipo.
- ¿Cómo le gustaría a Jordi Fabregat que fuera el partido de este domingo?
Pues un partido de unión. De tolerancia, la que ha tenido la afición con este equipo que no ha resuelto hasta última hora la permanencia. Han soportado que se haya tenido que jugar una liga por la permanencia, porque el equipo no hizo méritos para estar más arriba. Por eso quiero que sea un partido de reconciliación después de esta mala temporada. Tiene que ser una fiesta y disfrutar. Pero disfrutar es tener el balón, tener ocasiones de gol, jugar combinadamente y gustarnos, que los chicos se quiten toda esa tensión acumulada y disfruten del fútbol.
