Entre las muchas historias, anécdotas, momentos únicos y eternos que se pueden etiquetar en el mundo del fútbol conquense, la figura de Jesús Martínez Abarca guarda un lugar destacado por ser el primer futbolista conquense en debutar en Primera División. “La gente dice que es así, pero yo siempre digo que he tenido mucha suerte para poder conseguirlo”, confiesa encogiendo los hombros. Y es que por mucho que los tiempos hoy día avancen entre una velocidad descontrolada, las cámaras capten cada instante que puede vivirse en un campo de fútbol profesional y ahora los campos queden vacíos por culpa del coronavirus, vale la pena retroceder en el tiempo para conocer la historia de este reconocido amante del balompié y de Cuenca.
DE SEMINARISTA AL ATLÉTICO
“Yo comencé jugando aquí en Cuenca, estaba en el seminario y era gracioso porque, entonces, el Gobernador tuvo que pedir permiso al Obispo para que nos dejara salir para ir a jugar al fútbol”, recuerda entre sonrisas Jesús. “Fueron unos comienzos preciosos jugando en La Fuensanta, que aún era de tierra”, añade. Antes de completar la temporada en la Primera Regional, donde el Conquense competía contra rivales de Madrid, el futbolista dio el salto al Atlético Madrileño, donde comenzó su segunda formación en el balompié en el filial rojiblanco, donde conoció a las que serían grandes figuras de la época, incluido su amigo Juan Gómez González “Juanito”.
“El tercer año, lo recuerdo con tristeza porque me cedieron al Pontevedra y jugando un Pontevedra-Sevilla recuerdo el fallecimiento de Pedro Berruezo, fueron unos de esos momentos que te marcan en el fútbol”. A su vuelta al filial y al encontrarse sin oportunidad de pelear por su puesto, un periodista le sirve de puente para su próximo destino, el Cacereño. “Entonces no había representantes ni agentes, a través de un periodista de Cuenca que trabaja en Radio Nacional en Cáceres, consigo firmar allí por 800.000 pesetas por tres años y sin llegar a terminar el último año, como jugábamos en la 3ª División con equipos de la andaluza, me siguieron equipos y me surgió el dilema de irme a Zaragoza o Almería”. Una vez más, la confianza en las raíces conquenses “de la mano del presidente del Almería, que resulta que era natural de un pueblecito de la Serranía, me dejé llevar y acabé en el Almería”.
En el club andaluz, registró su mayor éxito en la Segunda División, pues Abarca fue el encargado de conseguir el gol que dio el ascenso al conjunto almeriense a la máxima categoría del fútbol nacional. “Fue un 2-1 contra el Betis que nos sirvió para ascender, aquello fue apoteósico y me repercutió un año más de contrato en Primera”, un hecho que lo proclamó como el primer conquense en debutar en esta categoría.
"A la base hay que cuidarla. Es fundamental"“En ese último año con el Almería me opero del menisco y el ligamento y vuelvo a Cuenca y es Julián Cañamares, que en paz descanse, Balbino y Noeda, padre de Manolo Noeda, gracias a ellos, que aparte era mi jefe de personal en la Caja de Ahorros, me convencieron para volver a esto del fútbol. Me quedé en Cuenca, terminé mis estudios de Magisterio, después de empezar la carrera cuando estaba en Madrid. En lo deportivo, me saco el carné de entrenador y cogí al Belmonte un año y lo ascendí, y hasta ahí mi impecable currículo como entrenador”, señala entre risas Abarca.
“Entonces en el ámbito de los entrenadores, entré en el Comité de Entrenadores y me dediqué a labores administrativas en el Comité regional, a presidente de Comité Nacional se presentó el que fuera entrenador mío en el Atlético Madrileño, Ramón Cobo, que para mí fue mi segundo padre, me llama para formar parte de la Junta Directiva y desde entonces hasta hoy, que ha habido nuevas elecciones y ha vuelto a salir Luis Rubiales”, explica Jesús mientras nos muestra en su teléfono la felicitación al actual presidente de la RFEF y reproduce un mensaje de voz recibido en el que Rubiales le agradece su felicitación.
CUENCA Y LA CANTERA
Con 70 años, ahora Jesús sigue dese Gijón el panorama del fútbol nacional, tanto en el ámbito de los entrenadores, como el de los futbolistas mediante la AFE, “sigo pagando la cuota de ex-jugador, porque fui de los primeros jugadores que impulsamos esa idea. Recuerdo que, por ejemplo, en el Cacereño, yendo primeros, nos pusimos en huelga por los derechos de los futbolistas”.
Eso sí, no pierde de vista lo que ocurre en Cuenca con el nuevo proyecto que guarda similitud a la etapa en la que fue Director Deportivo junto a Víctor Moreno “al que tengo como un ahijado, añade, con el que planificaba las bases y llegaron a contar con el equipo juvenil en División de Honor.
“A la base hay que cuidarla. Es fundamental. Si no te dan herramientas para desarrollar a esos chavales o si tu Juvenil, que es el equipo más representativo de tu base no lo cuidas para que salgan chavales como ‘Jorgete’ (Jorge Fernández), que ahora está en el Castellón por ejemplo, es muy difícil que tu equipo tenga un futuro. Es mi opinión, pero creo firmemente que el valor más importante del fútbol es la cantera de un club”.
Tras unas semanas por Cuenca donde no ha faltado la visita momentánea al entrenamiento de la Balompédica, Jesús regresa a Gijón no sin antes cumplir con la tradición de hacerse socio del Conquense y desear la mejor de las suertes al equipo y a la nueva Junta Directiva.
“No hay que precipitarse, la ansiedad no es buena, se están haciendo bien las cosas y esperemos que siga así, pero que no se descuide el semillero, hombres que en su día se tuvieron que ir fuera como Iván Rubio, deben servir de referencia ahora para los más jóvenes”.