El choque ante el Valencia Mestalla ha dejado multitud de historias que tienen su particular punto de curiosidad. Además de toda la bola que originó el fichaje de Óscar Arroyo por el filial ché, jugando además el partido como titular en el once local, también fue un partido especialmente importante para el capitán del equipo balompédico, Iván Rubio.
El futbolista conquense se formó en el Valencia pasando por sus categorías inferiores hasta alcanzar el filial con 18 años, debutando en la Segunda Divisón B. Rubio apuntaba maneras y encontró el premio de realizar la pretemporada con el primer equipo en la campaña 2010-11, debutando a las órdenes de Unai Emery el 10 de noviembre de 2010 en Copa del Rey ante la UD Logroñés. El día antes del partido dejaba constancia de lo especial del acontecimiento para él con un mensaje en su perfil de Twitter:
"Fueron muchos recuerdos, muchos años en los que estuve allí, en el campo donde había disputado muchos partidos y hasta el minuto 92 estábamos todos muy contentos, logré incluso meter un buen gol, pero la verdad es que es un punto que nos dejó un sabor un poco amargo, pero bueno, luego te levantas al día siguiente y lo que hay que hacer es valorar ese punto contra un rival directo y hacerlo bueno este domingo en casa", declaraba el jugador tras el partido.
Rubio está llevando una línea ascendente en cuanto a peso, minutos y oportunidades. Una dinámica que el propio jugador reconoce que quiere seguir estirando para mejorar a base de la única forma que sabe, el trabajo: "Al final cuando un jugador no está teniendo los minutos que desea, lo primero que tiene que hacer es mirarse a sí mismo, como dije en su día, creo que poco a poco me voy encontrando mejor, estoy jugando en una posició que es un poco más la mía, me estoy encontrando mejor y a nivel personal creo que estoy yendo a más y espero todavía conseguir un nivel físico en el que pueda aportar aún más al equipo", añadía.