Tras la ratificada dimisión de Isidoro Gómez Cavero y su junta directiva al mando del Ciudad Encantada, el ya ex presidente del Rebi BM Cuenca ha ofrecido sus impresiones tras la asamblea. Isidoro Gómez anima a nuevos interesados a tomar el mando de la entidad y apostar plenamente por ella, pues lo necesita para sobrevivir en la nueva y profesionalizada Liga ASOBAL.
Gómez Cavero asegura que deja el cargo con mucha pena, aunque sabiendo que es lo que debe hacer, ya que el club necesita “un cambio de estilo y directiva que yo no puedo dar”, aludiendo que ha dado “mucho de mi parte, de mi dinero, trabajo, y esfuerzo”, si bien recalca que no se arrepiente, ya que ha disfrutado mucho del club, orgulloso de ser el más representativo de Castilla-La Mancha desde hace muchos años.
Recalca, por otra parte, que ahora mismo las condiciones del club no les permiten tener al equipo en la máxima categoría. “Queremos que esté en las nubes y eso a veces se consigue y otras no”, declara, puntualizando que el peor de los casos implicaría que él se mantuviese en calidad de junta gestora hasta que alguien tomase el relevo o, lamentablemente, desapareciese el club.
Y es que asegura que el ritmo no se puede mantener con respecto a los últimos años, más aún teniendo en cuenta las muchas dificultades que se presentan. “Por nuestras características, por cómo se pone ASOBAL, por los campos e instalaciones… el club estaría en Segunda. Estamos muy por encima de nuestras posibilidades”, insiste, poniendo en valor el subcampeonato de ASOBAL, las clasificaciones a Europa y el no haber faltado nunca a ningún pago con los jugadores.
Por otra parte, también subraya la importancia de que tanto la afición como las empresas conquenses se mojen, ya que los últimos patrocinios provienen de relaciones personales de las que no puede seguir tirando para mantener a flote el club.
“Tiene que mojarse todo el mundo y no puedo apretar más”, concluye Gómez Cavero, asegurando que, en estas condiciones, el Ciudad Encantada duraría un año como máximo en ASOBAL a no ser que se aceptara jugar en Plata.