El San José Obrero continuó su racha impecable como equipo local (los de Fran García no pierden en La Bene desde octubre de 2018) gracias a la victoria 3-1 ante el Pantoja. Un partido a contracorriente para el equipo de las 500 que jugó en inferioridad numérica durante casi una hora de encuentro, pero al que se supo sobreponer gracias al buen juego y el acierto goleador de Sahuquillo, que bien podría haberse llevado el balón a casa gracias a sus tres goles, si no fuera porque el equipo anda limitado de recursos materiales.
Respecto al partido, no puede decirse que el graderío fuera todo lo ferviente que se hubiera querido. No por el ímpetu de los aficionados rojillos, sino por la coincidencia de horarios del choque del San José Obrero con el equipo con el que guarda un acuerdo de filialidad, la UB Conquense. Desde la directiva del club rojillo no han ocultado el malestar de este hecho que supuso una pobre entrada, algo que repercute una vez más en las pobres arcas del conjunto obrero, siendo este el más perjudicado.
En el plano deportivo hubo poco más que señalar de la gesta de los de Fran García. La superioridad del Obrero fue abrumadora pese a que tanto los locales como el Pantoja se jugaban poco más que el honor del choque al encontrarse ambos en una posición tranquila en estas últimas jornadas de la Preferente. Pero el encuentro ganó un punto de emoción con la expulsión de Rufo, quien perdió los papeles y fue expulsado con dos tarjetas amarillas consecutivas pasada la media hora del partido. Este hecho no afectó en el triunfo local, pues el San José llevó en todo momento la batuta del choque con un director de orquesta encarnado por Sahuquillo, autor de los tres goles del conjunto local.
Así, el triunfo queda empañado por la triste entrada y el enfado del club rojillo con su 'primer equipo'. La dejadez de quien no ha sido capaz de coordinar dos partidos y que le ha jugado una mala pasada al equipo obrero, ya que de primera hora se vio obligado a cambiar el encuentro de fecha para situarlo el sábado a las 17:00 horas, para después encontrarse con que la Balompédica cambió su horario de partido a la misma hora que su filial, sin dar opción a éste de poder volver a cambiar ni fecha ni hora. Un palo más a la economía del conjunto de las Quinientas.