Había ganas de reencuentro. Los aplausos, los vítores, los ánimos y las emociones retornaron a El Sargal de la mano de los amantes del balonmano conquense para vivir el último partido de este desgarrador 2020. Un Incarlopsa-Benidorm de necesidades para ambos. Más que puntos era lo que necesitaba el cuadro de Lidio tras encajar dos derrotas consecutivas, pero al menos, el hecho de contar con ruido campeando en El Sargal, ya era como poner una primera piedra en el camino del triunfo.
No hubo que pestañear demasiado para ver el reflejo de la intensidad en el encuentro. Lo sufrió en sus vestiduras Bulzamini, que tras inaugurar el marcador se quedó con la camiseta como un mantel tras el forcejeo con el 5-1 impuesto por Fernando Latorre en los primeros cinco minutos de partido. Al italiano le tocó suplir la baja por lesión de Thiago Alves, tanto en el lateral izquierdo como acompañando a Moscariello en la pareja de torres defensivas.
Después de una ventaja precoz de 3-1, las pérdidas en ataque unidas a la exclusión de "Colo" Vainstein, auparon al Benidorm a ganar terreno hasta darle la vuelta al marcador con el doblete de Folqués (3-5). Y un nuevo error garrafal en ataque, y la posterior contra sin oposición materializada por Feutchmann, obligó a Jiménez a pedir el primer tiempo muerto del partido.
La situación no mejoró con la exclusión de Ángel Pérez, recién saltado al campo. Una acción que estuvo precedida por el intercambio de algo más que palabras entre Colo y Folqués que terminó con una nueva pérdida, la cuarta en ataque, del Incarlopsa Cuenca. Los conquenses sufrían en la parecela ofensiva, mucho más en estático, y así lo demostraron los más de diez minutos sin anotar que estuvieron. La internada tras finta de Simonet y su derribo propició un siete metros que Moya materializó para devolver el gol a los de casa.
Tras volver de su dos minutos de encierro, Pérez, ataviado con un bucal cual boxeador regresando al angosto parqué rectangular como su ring particular, tiró de cadera para sacar un nuevo siete metros que no falló Moya. El partido avanzaba así. A golpe de silbatazo en un atisbo de remontada que mantenía Maciel con sus intervenciones en la portería contraria. Apareció para impulsar un poco más la situación Hugo López desde la esquina con una gran rosca (6-7), que vengó la soledad del córner a la que se vio sometido Sergio desde el inicio, sin recibir balón alguno.
Sólo la exclusión de Bulzamini tras un manoseo más con Leitao en el pivote, y el consecuente "siete metros", sacaron del letargo al Benidorm, que volvió a tomar distancia con el tanto a puerta vacía de Lignieres tras una pérdida en ataque del Incarlopsa (7-9).
Hubo que esperar casi cinco minutos sin goles para que Ángel Pérez rematara al contraataque y, acto seguido, ver como las defensas dejaron de existir, viéndose en menos de minuto y medio hasta cuatro cuatro goles entre ambos bandos, dos de Doldán para los locales, y uno de Folques y Parker para los visitantes.
En el tramo final del primer tiempo volvió Maciel, sumando su quinta parada (35%), pero Incarlopsa se atascaba en el momento clave de lograr la igualdad. Tras mucho contacto, la paraje arbitral excluyó a Oliver Hernández. Pizarro aprovechó la superioridad y, tras casi todo el primer tiempo a remolque, Cuenca volvía al partido. Sólo el latigazo final de Parker propició la ventaja mínima al descanso (11-12).
Después el parón intermedio, comenzó a ganar protagonismo un viejo conocido por la afición conquense: Leo Terçariol. El brasileño mantuvo a su equipo en los minutos de la reanudación donde una doble exclusión de Leito por protestar dejaba un escenario propicio para la remontada del Incarlopsa, aupada por un Ángel Pérez que seguía metiendo directos a la defensa alicantina. Hubo que esperar hasta el minuto 38 de partido para que Pablo Simonet sobrevolara sin permiso el área rival y batiera a Vial para el 14-13.
Una vez Lignieres igualó el partido con un golazo, fue el momento de Nacho Moya, que demostró que no sólo sabe lanzar desde siete metros, sino que también cuenta con recursos en su muñeca. Mientras Lignieres continuaba dando la réplica, Pizarro le siguió el juego a su compañero de equipo para volver a darle un nuevo “roscón” a un cada vez más empachado Leo Vial. Así, pasó que tanto filigrana enfadó lo suficiente al brasileño como para responder con tres paradas seguidas a posteriori, una de ellas desde siete metros a Sergio López.
Pasado el ecuador del segundo tiempo, con el partido entrando en momentos de pura zozobra en una y otra área, cada detalle valía su peso en oro. Pizarro volvió a poner por delante al Incarlopsa, marcando a puerta vacía con el portero jugador de Benidorm y la pillería de Ángel Pérez, sacando un gran siete metros, y la ejecución sin error de Moya, puso el momentáneo “más dos” para los de Lidio (19-17). Sin duda, tanto el central como el extremo fueron de lo mejor del Incarlopsa junto a un Maciel que, como de costumbre, empezó a ganar peso a medida que el partido enfilaba su recta final.
En ese momento, la tozudez de Méndez impidió que el Benidorm se descolgase del partido. El ‘6’ alicantino anotó tres goles consecutivos con disparos ajustados y de gran potencia que siempre recortaban la diferencia a un solo tanto de ventaja para los locales. Una vez el tanteo volvió a ser mínimamente favorable para Cuenca, y con la inferioridad numérica por la exclusión de Moscariello, Lidio tuvo que pedir tiempo muerto. La pizarra conquense se ejecutó sobre la pista con maestría, teniendo como protagonista final a Nacho Moya, marcando su séptimo gol de la tarde (23-21).
El partido, que se esperaba igualado, no decepcionó ni un ápice. Con tres minutos para el final, una carrera de Mario López volvió a ajustar el choque (24-23). Tras varios ataques donde a Cuenca le temblaron las piernas, una acción con Parker contra el mundo se encontró a Sergio López que aguantó el impacto del argentino. Sin falta en ataque, el balón superó a Maciel empatando el partido en el último minuto de encuentro. Lidio se vio obligado a parar el cronómetro para evitar que los dos puntos se fuera de Cuenca. El equipo había pasado de una acción para el “más tres” a dejarse empatar.
En la jugada posterior, Cuenca acumuló otra pérdida más, regalando la pelota a Mario López que se libró del acoso de los conquenses con el tiempo muerto a 24 segundos del final de Fernando Latorre. El partido estaba donde Benidorm quería y a Cuenca le tocaba esperar para mover ficha.
La acción postrera se solucionó con un tiro sobre la bocina de Feutchmann que sólo el pie de Maciel evitó que terminara dentro de la portería. La juhada precedida del señalamiento de un golpe franco, fue protestada por los alicantinos que a la hora de reanudar el juego desde el punto indicado, reclamaron que Bulzamini había desviado levemente la trayectoria de la pelota fuera de la zona donde Leitao esperaba para volver a poner el balón en movimiento antes de que se agotara el tiempo.
Así, reparto de puntos en un partido que se le escapó a Cuenca en los instantes finales, denostando una lucidez en los momentos clave que no es la primera vez que le pasa factura, más en casa, a los conquenses. Teniendo como episodios similares el empate ante el Frigoríficos Morrazo o la derrota ante el Quabit Guadalajara. El próximo martes, el equipo concluirá la primera vuelta en Puente Genil con aún opciones matemáticas de clasificarse para la Copa.