El Vivo Cuenca volvía este domingo a las 12 al Sargal para enfrentarse a uno de los rivales que más emoción aporta a los partidos, estando presente en el recuerdo el partido de la temporada pasada, cuando el Vivo remontó un 0-4. Los de Manolo Moya llegaban a este encuentro tras el empate de la semana pasada, mientras que los rivales lo hacían tras perder contra el Salvatierra.
El inicio del encuentro estuvo marcado por un Vivo Cuenca que, sabedor de que estaba en juego la segunda plaza que les afianzaría en el grupo, salió totalmente centrado en llevarse el partido.
Desde el principio el Vivo ha dominado el encuentro, manteniendo las posiciones de balón y marcando el ritmo del juego. No permitieron que el rival se sintiera cómodo en el parqué del Sargal en ningún momento, buscando incisivamente los goles que les aportaran tranquilidad.
Prueba de lo dicho es que los goles llegaron con relativa rapidez al Sargal, y se fueron al descanso con un parcial de 2-0.
Tras el paso por vestuarios, el Vivo buscó matar el partido rápidamente, pero el Olías salió mucho más agresivo defensivamente, impidiendo que llegara el gol de la tranquilidad. Ambos equipos peleaban como titanes, en uno de esos partidos que gusta jugar y más aún ver. El partido estuvo abierto: el Vivo quería el tercero y el Olías buscaba recortar distancias; los duelos entre estos equipos siempre dejan el corazón a mil pulsaciones.
Cuando por fin llegó el tercero del Vivo, se calmó el juego y estabilizó la posesión del balón, logrando el cuarto gol a falta de 10 minutos para terminar el partido. Sin embargo, el Olías, que no es un equipo que se rinde, no desfalleció en ningún momento, y a falta de 8 minutos para finalizar el encuentro, utilizaron el recurso del portero-jugador.
Fue en ese momento cuando los toledanos lograron recortar distancias. Sin embargo, el Vivo había hecho su trabajo: los goles de José Ángel, Cerci e Ivi fueron suficientes y cerraron filas en defensa. Con ese resultado de 4-1 se llegó al final del encuentro. Un partido intenso, muy activo y muy emocionante, de los que quedan en el recuerdo tanto de jugadores como de aficionados.