Todavía recuperando el aliento tras las grandes emociones que trajo consigo el partido por el tercer puesto, el español Iker Pajares ofrecía sus impresiones tras hacerse con ese ansiado bronce en Cuenca. Lo hizo tras cuatro sets en un choque muy disputado ante el suizo Nicolas Mueller.
“Me he sacado la espinita de ayer”, comentaba el medallista, recordando las semifinales en las que cayó ante Steinmann, a la postre subcampeón continental. “En la pista es un extra grandioso mirar a la grada y ver a tu familia, tu entrenador, tus compañeros…”, añadía.
Valorando el campeonato, transmite que “es una medalla de bronce que sabe a oro”, reconociendo que en semifinales no pudo hacer nada más “que aceptar la derrota ante un rival muy duro”, por lo que tocaba centrarse en el partido por este tercer puesto. “Quería mucho la medalla, este verano he entrenado muchísimo y ha sido emocionalmente muy duro. Quizás no es el resultado esperado siendo en España… te imaginas en lo más alto del podio, pero me voy muy contento”, asegura.
Le queda un exigente calendario por delante con tres torneos en septiembre que tendrán lugar en Egipto, Francia y Catar, citas en las que ya está pensando. De momento, agradece a todo su entorno por empujarle a esta valiosísima medalla cosechada en Cuenca, lugar que Pajares no olvidará.