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Piragüismo

El icónico paisaje del Júcar otoñal, la postal favorita de los piragüistas

El degradado de colores que se forman a las orillas del río supone todo un atractivo añadido al paisaje natural conquense que se puede recorrer en piragua
El icónico paisaje del Júcar otoñal, la postal favorita de los piragüistas
Fotos: Lucía Hernández Vellisca
29/10/2020 - Mario Gómez

Un fin de semana más, la piragüista del CP Las Grajas, Lucía Hernández, se pone en marcha para disfrutar de una sensación que califica de "única y difícilmente indescriptible", el recorrer en pleno otoño el tramo del Río Júcar en Cuenca.

"Es la época más bonita para entrenar", admite esta deportista, que plasma con sus fotografías el mosaico de colores que deja el paisaje conquense con el paso de las estaciones y su efecto en los árboles que cubren las orillas del tramo acuático por el que ella y muchos otros amantes del piragüismo desarrollan su actividad.

"Es cuando más me gusta entrenar, pero también es casi la peor, porque el río está precioso con los tonos, azules, verdes, amarillos, naranjas y rojos de las hojas. La gama cromática que se disfruta con los reflejos del agua es muy atrayente al ojo, es precioso", señala la deportista que confiesa que no todo es bueno, "pues es un calvario remar con tantas hojas que se acumulan en la punta de la piragua y te van frenando".

El viaje por el disfrute de esta postal realista comienza haciéndose con la piragua. "Llegas al dónde está el club, sacas tu piragua y comienzas la rutina para entrar en el agua. Calientas un poco, preparas el barco, colocas el GPS y al agua", explica.

Ahí comienza el viaje río arriba sintiéndose parte de un paisaje con el que conquenses y, sobre todo, turistas y visitantes llenan sus perfiles de redes sociales como Instagram o Facebook.

"Por muy bonita que quede en foto, la mejor sensación es atravesar este entorno por el río. Sí es verdad que puede verse desde los cerros o pasearse por las riberas, ese gran contraste de amarillos y el gris y verde de la tierra y la roca de alrededor, pero no hay nada como atravesar por el río toda esta panorámica", admite la piragüista.

El icónico paisaje del Júcar otoñal, la postal favorita de los piragüistas

Y es que el hecho de realizar este viaje en piragua cuenta con el atractivo de "la sensación que se consigue, sobre todo cuando el agua esta plana, sin olas y sin viento. Entonces vas rompiendo tu esa calma del río al remar, notando como el barco se desliza palada a palada, el silencio roto por tu acción, los sonidos del agua moviéndose por esa acción, el mar de hojas abriéndose a tu paso, es una experiencia muy gratificante", explica Lucía.

El repetir esta visita semana a semana, o cada pocos días, permite al visitante ver la belleza del paso de las estaciones y su efecto en este paraje.

"Poco a poco ves cómo va cayendo el amarillo, hay más naranja y rojos. Luego, con el invierno, llegan esos tonos más fríos, el agua del río cada vez baja más la temperatura y, además, ocurre que cuanto más fría esta, más transparente se ve. Hay momento del invierno en que puede ver los cangrejos, las truchas o los barbos por ahí".

Lucía defiende el gran atractivo de esta situación y el recurso que supone esta oportunidad para cualquier amante "no sólo del piragüismo, sino del relax que provoca realizar una actividad que te conecta de esta manera con la naturaleza". Una sensación de fácil acceso para los practicantes del piragüismo y que añade un tesoro más de la Cuenca natural y deportista.

El icónico paisaje del Júcar otoñal, la postal favorita de los piragüistas