Plasticidad, resistencia, flexibilidad, coordinación, fuerza, musicalidad… son tan solo algunos de los aspectos que se conjugan en la gimnasia rítmica. El Club Deportivo Huécar, pionero de esta disciplina en Cuenca, lleva más de 30 años formando a niños y niñas, y en esta recientemente comenzada temporada lo hace con una gran acogida, amén de una nueva actividad. Mucho ha cambiado el club que comenzaba siendo parte de las escuelas municipales a finales de los 80 hasta que, una vez empezaron a competir a nivel regional y nacional –espoleadas por el trabajo de la gimnasta valenciana Ana Deltoro–, dieron lugar a esta entidad formada en torno al año 1992.
Hoy día, el CD Huécar está formado por un amplio cuerpo técnico y directivo –Natalia Arias, Esther Martínez, Gema Ballesteros, Ainhize Azpiazu, Paula Aguilar, Alejandra López, Julia González, Adriana Semprún, Ana Priego, María Algarra, Ainara Huete, Lupi Luján y Verónica Obispo– y, por supuesto, su gran valor: sus gimnastas. En torno a 100 alumnos ha registrado la entidad esta temporada, declarando Natalia Arias –recientemente nombrada presidenta– que están muy satisfechas con la acogida y, destacando, que han aumentado también su presencia gracias al servicio que ofrecen también en Villalba de la Sierra.
En la parcela competitiva, su más reciente éxito pasa por la clasificación de tres de sus conjuntos –prebenjamín, infantil y juvenil– al Campeonato de España del próximo mes de noviembre en Pamplona, a pesar de que, como muchos otros clubes de distintas disciplinas, sufren el problema de no disponer de unas instalaciones deportivas que les permitan entrenar en las mejores condiciones y horarios posibles.
En la gimnasia estética no se usan los aparatos propios de la rítmica, sino que predominan las figuras con el cuerpo al ritmo de una coreografía
UNA NUEVA MODALIDAD
El CD Huécar ha añadido a su abanico de actividades una novedosa modalidad única en Cuenca hasta ahora, pero que se está poniendo de moda en distintos lugares. Se trata de la gimnasia estética, que difiere de la rítmica en tanto no se usan aparatos, sino que se busca la plasticidad a partir de movimientos sin rangos tan amplios, predominando las ondas y creando figuras con el cuerpo al ritmo de una coreografía.
Se trata de un gran reclamo para antiguas gimnastas, dado que hay un poquito más de flexibilidad, y es incluso accesible para personas que no hayan practicado este deporte antes y quieran iniciarse, pues nunca es tarde para disfrutarlo.
La bailarina Adriana Semprún, quien lleva ya 26 años ligada al club –como gimnasta y, ahora, como parte del cuerpo técnico–, se encarga del apartado de la coreografía, que juega un importante papel en esta disciplina. Explica que es complicado adaptarse a los códigos tanto en rítmica como en estética, lo cual no le exime de crear coreografías con riqueza técnica, artística y musical. “La composición es parecida a la danza porque es grupal, juegas mucho con las formaciones, con el trabajo de las compañeras entre sí y, sobre todo, con contar una historia”, detalla.
El CD Huécar ha contado con una buena acogida en esta recién comenzada temporada, con alrededor de 100 alumnos sumando todos sus gruposMÁS ALLÁ DEL DEPORTE
El deporte va inexorablemente unido a unas premisas que trascienden la práctica del ejercicio, y el CD Huécar no es ajeno a transmitir su compromiso social. Es por ello que no dudan en sumarse en grupo a actividades como carreras solidarias o exhibiciones en festivales de la ciudad. “Nos gusta llevarlo no solo al ámbito deportivo, sino a todo lo que creemos que ayuda a la formación personal del alumno”, declara Natalia.
Define al club como “una gran familia”, y es que, literalmente hablando, las familias son también otras de las grandes figuras del CD Huécar. Durante años y años se han organizado para asumir competencias que ahora maneja el club, pero no por ello deja de agradecer la directiva que la implicación de los padres les ha llevado a estar donde están hoy. “Si no estás dentro, no sabes lo que mueven las familias. Su trabajo ha sido indispensable”, aprecia Esther.
Por otro lado, se ha apostado también por la inclusión de todo el mundo en la disciplina a través de su sección inclusiva, contando Esther Martínez que su integración “es total”.
“De la gimnasia rítmica te llevas valores para toda la vida”
Más allá de los 90 escasos segundos que en ocasiones no llegan a representar en el 13x13 el gran trabajo que hay detrás, desde el club se le da más importancia a otros aspectos, como los valores capaz de cultivar en una persona y, sobre todo, la capacidad de extrapolarlo a otros ámbitos de la vida cotidiana. “Que se te haya caído un aro se te va a olvidar, pero saber trabajar en equipo, recuperarse de un fracaso, ser leal a tu club y a tus compañeras… son cosas que te vas a llevar para toda la vida”, valora la presidenta.
A menudo, la gimnasia rítmica va acompañada del calificativo “sacrificada”. Más allá de que es cierto de que son muchas horas de entrenamiento –de forma pausada, lo cual es lo más conveniente en este deporte–, las niñas disfrutan enormemente del mismo y de igual modo lo hacen sus entrenadoras, fundiéndose siempre en un abrazo tras cada ejercicio.
Y es que, al final, la gimnasia rítmica se puede definir en algo tan sencillo e importante como la palabra que le dice Esther Martínez a las gimnastas momentos antes de saltar al tapiz: “Disfruta”.
