“Si podemos contar con 300 aficionados, perfecto, ¡ojalá! Pero si hay que esperar a la segunda vuelta para que las cosas estén mejor y puedan entrar 800, mucho mejor”.
Así de contundente se explicó Lidio Jiménez en la rueda de prensa previa al partido ante el Bidasoa Irún sobre el retorno de aficionados a los pabellones en localidades de Nivel II.
Al cierre de esta edición, Cuenca aún se mantiene en Nivel III con una revaluación de la situación de la capital este viernes. De confirmarse la rebaja de la situación, el próximo 12 de diciembre, ante el Balonmano Benidorm, El Sargal podría a volver a temblar ante la presencia de aficionados en sus gradas.
Jiménez admitía su deseo de que para la segunda vuelta se pudiera contar con un número incluso mayor, lo que indicaría la mejora de la situación sanitaria, pero asegura que “es muy complicado”. “Ojalá la cura llegue cuanto antes, necesitamos mucho a la gente”, añadía el técnico que añora la presencia y el ambiente propio de El Sargal.
Una situación que daba un impulso extra a los jugadores que este año sólo tuvieron en los dos primeros encuentros (ambos victorias) y sólo con 100 aficionados. “Estamos acostumbrados a jugar en un ambiente que poca gente tiene en este país, y eso te da puntos cuando juegas en casa”.
