Sobre el campo de los Tiradores hay más de cien chicos y chicas repartidos por todo el césped. Corren, se ríen al tiempo que circulan entre conos con el balón con la habilidad que a más de uno nos falta. Otros realizan juegos de cordinación y toma de decisiones como el ‘tres en raya con carrera’. Los monitores siempre con la vista encima de ellos les ayudan a mejorar cualquier tipo de habilidad al tiempo que logran que los chavales se divierten entre juego y juego.
Todas estas señales indican que el 'Campus Ciudad de Cuenca' ya ha echado a rodar en una nueva edición, y ya van 14. Mientras paseamos entre los tres grandes grupos en los que se separa a los futbolistas de la primera quincena del campus nos recibe Pepe Moriana, director de la Escuela de Fútbol Baby Cuenca, impulsora del evento.
Pese a sus años, Moriana sigue transmitiendo ese respeto y ganas de enseñar fútbol a los más pequeños al tiempo que no pierdan una sonrisa. “Al final lo que nos importa es que los críos se lo pasen bien, estén contentos, aprendan valores y que los padres estén tranquilos”, nos comenta con una tranquilidad pasmosa el hecho de coordinar a casi 150 personas que tienen el doble de energía que de tamaño.
El 'Campus Ciudad de Cuenca' albergará en este verano a más de 300 participantes de los que unos 50 son de nacionalidad china. Unas cifras que para Pepe Moriana son fruto del buen trabajo de monitores que consiguen la fidelización de sus participantes año a año.
“Lo que me llena es que gran número de los que vienen, un 70% u 80% aproximadamente son repetidores. No necesitamos hacer mucha publicidad por que los padres se van contentos y eso les lleva a volver al año siguiente. A su vez, los chicos suelen traer amigos suyos y esto conlleva a que cada año vayamos creciendo en participación. Parte de este buen hacer viene de los monitores entre los que tenemos desde maestros, policías o licenciados en INEF.En definitiva gente muy formada. Saben que desde que se inicia el día en el campo hasta el final de la jornada en la piscina, hay que estar pensando en que los chicos se lo pasen bien, disfruten con el fútbol, se respeten unos a otros, y no haya ningún tipo de problema”, señala Moriana.
No es de extrañar que, año tras año, el campus siga siendo sinónimo de éxito.
