La prueba más dura del mundo, el Dakar, ha llegado a su fin con el conquense Fernando Domínguez coronándose como “superviviente” del mismo. Casi recién bajado de su KTM 450 Rally Replica, el palomareño desgrana su experiencia en el Dakar 2023. Un mix lleno de emociones, adversidades que para él supone todo un sueño.
El piloto, llegado a Cuenca el lunes por la noche, recibió un caluroso recibimiento en el aeropuerto por parte de sus allegados. En casa –“Cuando iba listo para dormir”, bromea- le esperaba la mejor recibida, la de su familia, que le había preparado una fiesta sorpresa. Ahora asegura estar “asimilando un poco la vivencia y los días que hemos pasado allí”, recordando que en 2021 también llegó metido en una “burbuja” después de esas semanas de locura. Innumerables muestras de cariño las que ha recibido Domínguez, que reconoce haber tenido como algo imposible el poder contestar a todos a tiempo.
DURO TEMPORAL
Lo cierto es que no mentía al hablar del grado de madurez que el Dakar 2021 ya le había otorgado y al que ya hacía referencia en la previa de esta edición. Apunta que en esta ocasión, “sabiendo a dónde iba”, tenía ciertos aspectos muchos más claros. Si bien recuerda el del 2021 como un año más duro -algo corroborado por otros participantes-, este 2023 no se ha quedado corto, teniendo a los adversos temporales como principales causas de los problemas que ha afrontado. El extremo frío del desierto ha causado mella en un año en el que se ha visto incrementado debido a las continuas lluvias que han azotado el circuito. Domínguez recuerda las tempranas salidas en los enlaces, el salir con la ropa mojada al no disponer de una tienda bajo la que resguardarse, el contrarreloj que supone intentar llegar a la meta antes de que caiga el sol… “Podría haber acabado 20 puestos por encima, pero asumiendo unos riesgos que no necesito. No me serviría para nada haber acabado el 63 jugándomela más de lo que me la he jugado”, declara Domínguez, cumpliendo su palabra de que iría a Arabia Saudí a hacer su propio Dakar, pues es absurdo intentar competir con las motos oficiales.
Con especial dureza recuerda una de las etapas en el Empty Quarter en la que en la altura de las dunas -a lo que hay que sumarle un irregular terreno tras el paso de los distintos pilotos- se antojaba imposible de superar. Estuvo atascado durante un buen rato, y el helicóptero de asistencia, que le ofreció retirarse en varias ocasiones, no desanimó a Fernando. Tenía claro que “mientras haya horas de luz, yo sigo aquí”, y finalmente salió de este auténtico pozo para acabar la etapa.
CRUZANDO LA META
El de Palomares del Campo, a escasa distancia de la meta, haría sufrir a los amantes del motor que estaban pendientes de su travesía hasta el último momento. La última etapa no es precisamente un día de vacaciones, y así lo comprobó cuando a los 20 kilómetros una molesta zona de barro obligó a parar a las motos, que caían una tras otra. Forzando en esta zona para poder salir, el embrague se resintió notablemente y se quedó tirado poco después. Fue el melillense Rachid Al-Lal quien salvó al piloto conquense con un disco de embrague, dando por bueno esa premisa de que nadie se queda atrás.
Tras superar esta última adversidad, cruzó triunfante la línea de meta y fue premiado en la ceremonia con la medalla conmemorativa por haber acabado. Acordándose de su familia y de toda la gente que le ha apoyado, también tuvo un auténtico y solidario detalle. “A la Asociación Síndrome Williams les dije que si llegaba haría su símbolo de la “W” y fue una satisfacción increíble”, recuerda.
NO HAY DOS SIN TRES
Solo los más acérrimos amantes del motor querrían repetir la experiencia del Dakar después de las tremendas dificultades que se atraviesan en el mismo. Y, cómo no, Fernando Domínguez es uno de ellos. Es por eso que expresa desde ya su intención de presentarse también el año que viene. No obstante, es una decisión que meditará en virtud de las condiciones en las que pueda asistir y prepararse ante ciertos inconvenientes. El apoyo de las empresas e instituciones conquenses -ya cuenta con el de Diputación- será clave para el piloto, que lleva el nombre de la provincia a la escena internacional.
En este Dakar 2023 su participación estaba en duda. Al haber finalizado la prueba en este 2022 tendrá la plaza asegurada para la próxima edición, lo que le da mucha seguridad y margen de cara a contactar con distintas marcas e instituciones que le apoyen. “Ahora mismo te lo firmaría con los ojos cerrados. Pero intentarlo, voy a intentarlo”, asegura muy decidido.