Nos adentramos en el nuevo centro de entrenamiento en Cuenca donde desde hace unas semanas, se están entrenando los que serán los nuevos superhéroes del mañana. Tras una entrada recibidos por el Capitán América, llegamos a la gigantesca ‘Sala Marvel’ donde varios retratos de superhéroes realizados por el artista Diego Cuesta nos vigilan de cerca. Entre tanto, nos recibe Carlos García, nuestro guía y monitor especializado en Ciencias del Deporte de la Asociación de Planeta Movimiento: “Bienvenidos a la escuela de superhéroes”.
En la sala principal de este recinto vemos pequeños acróbatas realizando mortales hacia delante y atrás sobre una colchoneta ‘Airtrack’, otros practican equilibrismo sobre una ‘slack line’ -una cinta de no más de 10 centímetros de ancho fijada a dos postes; otros tantos se lo pasan bomba dando saltos y piruetas sobre una cama elástica, en otra esquina, los malabaristas practican con mazas, diábolos y otras artes circenses; cuando nos da por levantar la vista nos impresionamos al ver chicas entrelazadas en telas colgantes practicando la disciplina de las telas aéreas y en el piso de arriba, chicos y chicas realizan defensa personal.
Todo un compendio de artes y actividades deportivas que tienen ya un centro referente en la capital conquense. “Cuando empecé a interesarme por estas disciplinas lo hice desde el desconocimiento, fui formándome y asociándome con otros compañeros para agruparnos y poder ofrecer este tipo de deportes que son muy novedosos pero que también es necesario que estén impartidos por profesionales”, nos comenta Carlos.
Así, la Asociación Juvenil K12, el Club Planeta Movimiento, la escuela de Kárate DO, la asociación Céfiro Telas Aéreas o Circo Cisco entre muchas otras conviven en un espacio donde el pretexto de convertirse en un superhéroe anima a los más pequeños a perder sus miedos a la hora de realizar estas actividades deportivas y de aprender valores esenciales.
“Nuestro objetivo es que los participantes estén a gusto, son libres de irse cuando quieran, pero a ellos les encanta porque la característica de esta iniciativa hace que el niño o niña no quiera parar de hacer cosas. Un ejemplo es la prueba de hacer 20 volteretas hacia delante, no es lo mismo ordenárselo que proponérselo como una prueba que, si supera, conseguirá un sello en su carné de superhéroe para seguir creciendo. A parte aquí deben seguirse normas esenciales de respeto y compañerismo”, nos comenta este entrenador de superhéroes mientras nos señala una pared de pizarra donde se ºVZleen mensajes como ‘Respeto a mis compañeros y mis profesores’.
Las actividades tienen un amplio abanico de edades, desde clases de psicomotricidad o movimiento temprano a partir de los dos años hasta grupos de adultos en defensa personal, kárate, acrobacias, pilates, acondicionamiento físico o telas aéreas. Este entrenamiento y especialización deportiva lo Z más tarde en toda clase de exhibiciones, desde su ‘Gimnastrada’, el evento por excelencia de esta asociación, hasta cualquier actividad cultural sirve para dar una pequeña exhibición que deja a más de uno con la boca abierta.
SUPERHÉROES ACREDITADOS
Los participantes de esta escuela de superhéroes tienen su propio carné con ocho asignaturas y varios retos que deben ir superando para ascender de rango. El nivel lo determina el color de la bandana que llevan.
MULTITUD DE DISCIPLINAS EN UN MISMO CENTRO
Situado al comienzo de la Avenida Rey Juan Carlos I, esta escuela de superhéroes reúne multitud de escenarios para realizar distintas disciplinas deportivas que van desde las artes circenses como el equilibrio, juegos con malabares o diábolos hasta defensa personal y artes marciales como el kárate, pasando por el telas aéreas o el acrosport, una disciplina que mezcla las acrobacias con la formación de figuras mediante la unión de los participantes, como los ‘castells’ catalanes pero mucho más dinámicos y con formas variadas.
Además, cada fin de semana, realizan cursos intensivos con profesionales invitados que llegan a Cuenca para seguir incentivando este tipo de deportes poco conocidos pero que mueven multitudes en grandes ciudades y países europeos.
Esta escuela está a las puertas de abrir una nueva temporada de superhéroes tras superar el centenar de participantes en su anterior edición. “Normalmente cuando llegan suelen tener un poco de miedo a la hora de hacer acrobacias o equilibrio, pero el ambiente de superhéroes les da un valor increíble, y lo más importante, están siempre asesorados y vigilados por profesionales en la disciplina. Los padres acaban encantados, incluso el pasado año terminamos haciendo una gran comida todos juntos. El buen ambiente que se respira se transmite de padres a padres, traen a sus hijos a probar y les engancha”.
Mientras abandonamos el centro de entrenamiento, los entrenadores, acróbatas y futuros superhéroes y superheroínas nos despiden entre saltos y piruetas, y a nosotros se nos llena el cuerpo de ganas de volver a ser niños para estar en su lugar.