En el mundo del deporte resuena desde hace un tiempo, y con fuerza, el concepto de “entrenamiento funcional”. No es para menos, ya que se trata de una completísima rama del deporte que ayuda a, prácticamente, cualquier perfil de persona, independientemente de la edad o condición física. Tan solo requiere lo que necesita cualquier deporte: un propósito y, sobre todo, mucha motivación.
Abraham López es el encargado del CD Peso Libre, donde además del entrenamiento funcional se imparten también clases de muay thai y boxeo. Explica que el entrenamiento funcional es un concepto amplio, siendo un término sin “patentar” que cualquiera puede utilizar, lo cual ocasiona que muchos gimnasios puedan ofrecer este servicio sin parecerse demasiado los ejercicios. Lo que está claro, cuenta, es que este término se puede definir como todo el entrenamiento que está enfocado a un objetivo concreto, siendo más fácil para entrenador y entrenado cuanto más definida y concreta sea esta meta. También hay entrenadores enfocados a imitar movimientos cotidianos, de nuestra vida diaria, de modo que también se nos prepare para ella.
El entrenamiento funcional tiene como “padre” al estadounidense Michael Boyle, quien fue el primero en acuñar este término. Explica Abraham que se sustenta bajo cuatro pilares a trabajar: niveles de fuerza, de movilidad, cardiovascular y potencia –entendida la potencia como la capacidad de moverse rápido–. Hay distintos preparadores que trabajan más unas áreas que otras, aunque en su caso prefiere centrarse en la fuerza. “Está demostrado científicamente que, además de las ganancias y mejoras que provoca a nivel muscular, también influye en el sistema nervioso y la conexión del cerebro con los músculos, al mismo tiempo que mejora la coordinación y puede tratar lesiones”, aporta.
Fuerza, movilidad, cardio y potencia son los pilares básicos a trabajar en entrenamiento funcionalEJERCICIO PARA TODOS
Lo complejo y maravilloso del entrenamiento funcional es que es, en palabras de Abraham, “para todo el mundo”, siempre que el entrenador tenga los conocimientos y herramientas necesarias como para llevar al interesado a sus necesidades. Así pues, se trata de una rama que puede practicar tanto alguien que requiere de una rehabilitación tras una lesión como otra que desee mejorar su salto para baloncesto o voleibol, su agilidad, su fuerza, su coordinación, resistencia, flexibilidad… Una de las usuarias del servicio es Marta Pérez, que decidió darle un intento al entrenamiento funcional aquejada de unos dolores lumbares tras un embarazo gemelar. No solucionó el pilates estos dolores, por lo que optó por un entrenamiento algo más enfocado a la fuerza. Hoy día, cuenta que se le han quitado los dolores “casi totalmente”, además de verse mucho mejor en otras áreas. “Lo noto mucho al hacer deporte, porque salgo mucho al monte a andar y allí me veo más fuerte, con más resistencia y más ágil”, cuenta Marta.
También es adaptable, ya que, aunque desde fuera pueda parecer muy exigente –y puede llegar a serlo–, la intensidad está adaptada al perfil de cada usuario y es por ello una valoración previa de tus necesidades y objetivos, explica Abraham.
Se trata de una rama que está experimentando un ‘boom’ durante los últimos años, siendo cada vez más los lugares que ofrecen este servicio. Cuenta con un buen número de practicantes en el Peso Libre, donde alrededor de 40 personas trabajan de la mano de Abraham con distintos objetivos. El perfil medio de su gimnasio es de mujeres de 30 años en adelante, aunque también dispone de un amplio grupo de personas jubiladas que trabajan otros aspectos.
En el caso de Marta, lo recomienda sin dudar y, de hecho, añade que ya ha enganchado a dos amigas. “Todo el mundo que conozco está contento con las sesiones”, transmite Marta, puntualizando que al principio no estaba muy convencida y pensaba que se iba a aburrir, pero se han acabado haciendo muy amenas. Porque el deporte es para todo y para todos.
Estos ejercicios pueden ayudar a todo el mundo, sin importar la edad o la condición física
