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Emilio Zamora, el mago de las dos ruedas que enamora con sus trucos

Con más de veinte años de experiencia a sus espaldas, el casasimarreño sigue teniendo gasolina para rato
Emilio Zamora, el mago de las dos ruedas que enamora con  sus trucos
Foto: PhotoSotoca
15/09/2023 - Alejandro del Valle

Con las manos invertidas, de pie, a caballito… el repertorio es interminable. Emilio Zamora (1982, Casasimarro) es capaz de dejar con la boca abierta al público en todos y cada uno de los espectáculos que protagoniza sobre una moto, y es que este stuntman lleva ya más de dos décadas siendo un profesional de las dos ruedas, lo cual le ha llevado a cumplir su sueño: vivir de lo que ama y, lo que es más importante, compartirlo con la gente.

Desde que tiene memoria, Emilio ha estado ligado a las motocicletas: su padre, que traía a casa motos viejas para arreglarlas entre los dos, cogiéndole el gusto. Aunque no tenía edad, se quitaba el gusanillo con la bicicleta mientras soñaba con motorizarse. “Ahí fue despertándose mi curiosidad por el mundo de la moto”, recuerda el conquense.

Emilio Zamora, con un don natural para ello, conecta con el público de sus espectáculos de manera muy especial, ya sean o no amantes del motor

No fue hasta los 14 años, cuando vio una exhibición de AC Farias “El maestro”, piloto brasileño residente en España, cuando se enamoró del stunt viendo todas las posibilidades que ofrecía la moto en cuanto a virguerías. Así, empezó a entrenar y a preparar algunos truquillos sin afán profesional, pero poco a poco fue mejorando y atrayendo al público: “La gente venía a verme entrenar, hacían fotos, y vi que era capaz de entretenerles, así que me planteé hacerlo más profesional”, recuerda Zamora.

HECHO PARA ESTO

Detrás hay muchas caídas, relata entre risas, sobre todo al principio, cuando “ya se sabe lo que toca”. Pero la recompensa se ve en cada show, donde llega a conectar con el público de manera muy especial, algo que él considera clave en su trayectoria como stuntman. “Es algo que te tiene que salir natural, que sea prácticamente tu forma de ser, porque no es algo que puedas forzar. Mi forma de entender los shows es que la gente disfrute”, cuenta. Hoy día, reconoce pasar por uno de sus mejores momentos en lo que a espectáculos se refiere: ofrece en torno a unos 60 a lo largo del año, pero en este 2023 ya tiene previsto superar la barrera de los 70, por lo que está envejeciendo como el buen vino. Un truco que nunca falla, pero que es tan difícil como lo parece, es el invertido a mano cambiada. Se necesita una gran técnica para ello, ya que implica controlar el manillar con la mano contraria y el freno delantero con los dedos del embrague. “Hay que meterse en la cabeza que, cuando quieres girar a un sitio o a otro, tienes que hacerlo al revés”, detalla.

El caché del conquense le llevó a fichar por Ducati, recorriendo desde entonces multitud de escenarios míticos como los circuitos de Qatar o Bahréin

Desde 2004 cuenta además con el apoyo de Ducati, la afamada marca italiana. Fue tras un gran año a nivel de visibilidad cuando le ofrecieron el apoyo, y Emilio, que define Ducati como “el Ferrari del mundo de las motos”, no se lo pensó dos veces. “El equipo que trabaja conmigo está liado continuamente para ofrecer cosas nuevas y que todo esté siempre al 100%. Lo que se ve parece espontáneo, pero lleva detrás un trabajo impresionante”, valora.

Su trayectoria profesional le ha llevado a compartir su pasión no solo por toda la geografía española -que ya se conoce de arriba abajo-, sino que también ha podido moverse más allá de las fronteras de España y cumplir sueños de cualquier amante del motor, pasando por míticos lugares como el Circuito de Qatar, el Sepang de Malasia, Bahréin… además de preciosos enclaves como México, Egipto o China, lo que le hace sentirse, cuenta, como en una película. “En Shanghai me dijeron que no me preocupara si la gente no aplaudía, porque allí la cultura es más reservada y no exterioriza tanto. Cuando salgo a la pista y los oigo chillar, poniéndose de pie, pensé… pues menos mal que son reservados”, cuenta entre risas.

THE SHOW MUST GO ON

Como deporte -y con relativo riesgo- que es el mundo del stunt, existe una fecha de caducidad, pero un Emilio Zamora en su mejor momento ni está ni debe estar preocupado por ello. “No entiendo la vida si no es así”, relata, y es que aunque intente mentalizarse de cómo será el día que lo deje, evita pensar en ello y aboga por disfrutar el momento. “No sabemos si esto durará un año, cinco o diez. Pero mientras tanto queremos disfrutarlo y darlo todo en cada evento como si fuera el último”, asegura.

Haciendo un símil, a este clásico todavía le queda gasolina, e invita a todo el mundo a acompañarle para comprobarlo: “Les animo a que nos sigan en redes sociales para que vea lo que vamos haciendo y que vengan si estamos en un evento cercano. Incluso a la gente que no le gusta el mundo del motor se va a sorprender viendo un buen espectáculo”, sentencia.