No ha podido honrar el Obrero el día de San José con una victoria para su afición: 1-2 han caído los rojillos en el Obispo Laplana. Los de Las 500 pusieron ocasiones de sobra y perdonaron en exceso, aunque les salieron todavía más caros un par de fallos aislados en defensa que les hicieron encajar los tantos.
El Obrero se presentaba con aplomo al partido, corriendo de sus botas las primeras ocasiones: después de que Fer Martínez probase fortuna con un lejano disparo que se marchaba desviado, Judd Peter tenía el primero en sus botas: un largo centro encontraba la testa de Rufo en el flanco derecho, que la ponía al centro para que el canadiense, en boca de gol, hiciese retumbar los cimientos del Obispo Laplana tras enviar el balón al travesaño.
El Madridejos despertaba con un pase de la muerte que Iván Acereño detenía providencialmente: no le fue al cuerpo ni mucho menos, sino que sacó una manopla arriba que despejó un potente disparo. El gol estaba prácticamente cantado. Saltaba la polémica minutos después cuando el Obrero pedía la expulsión de un defensa toledano tras frenar a Fer, que se marchaba solo en un balón largo y que recibió un agarrón por el cuello. No apreció el colegiado que la acción debiese saldarse con roja.
Antes de alcanzar la media hora, el propio Peter aprovechaba un balón muerto tras una buena jugada de Fer que culminaba con un disparo raso desviado por poco. Llegaría la tercera ocasión para el mediocentro canadiense en una posición algo escorada, y no se lo podía creer cuando se topaba por segunda vez con el poste.
Tanto perdonar le pasó factura al San José, que regaló un gol cuando mejor estaban: un centro en el área no recibía un contundente despeje por parte de la zaga rojilla, quedando el balón muerto para que Alhagie rematase raso hacia el segundo palo. Jarro de agua fría para un Obrero que estaba siendo superior. La última de la primera mitad correspondía a Javier Fernández, que remataba demasiado picado un balón proveniente de la esquina.
El combinado de Las 500 trataba de meterse en el encuentro durante la segunda mitad, aunque no tendría ocasiones tan claras como en la primera. Tampoco llegaba con excesiva frecuencia el Madridejos, aunque desde luego lo hacía con contundencia: un balón raso se le escapaba de las manos a Iván cuando intentaba blocarlo, y le llegó franco a botas de Alhagie, que anotaba su segundo particular a puerta vacía.
Movió ficha Angulo en busca de ese gol que limase diferencias, y vaya si funcionó el planteamiento: Joaquín llegaba y besaba el santo al anotar de cabeza en el primer balón que tocaba. Aprovechó un saque de esquina para poner un 1-2 que daba alas a los suyos.
Lo intentaría con todo el Obrero en los siguientes minutos, sumando muchos efectivos en la parcela ofensiva y volcándose en su objetivo de rascar algo. Inexplicable cómo no llegó a entrar una de las últimas ocasiones de los de Angulo: tras la salida de un córner, Rufo remataba de semivolea, aunque el balón iba demasiado centrado hacia Héctor Prada. En el rebote se formó un auténtico barullo en el área chica que no conseguían materializar.
Armando Peredo sería expulsado a falta de un minuto, y los rojillos tuvieron una última opción a balón parado para la cual subía incluso Iván. No obstante, el marcador no pudo moverse en este agitado final.
Con esta derrota se complican las cosas para el conjunto rojillo, que se alejan de la permanencia tras la victoria del Azuqueca B. De ahora en adelante serán todo finales para un San José al que le urgen los puntos más que nunca.