‘¡Hay gol en Las Gaunas!’ es una de las frases más conocidas del vocabulario de cualquier aficionado al fútbol nacional. La histórica coletilla utilizada en el carrusel radiofónico quedó en la memoria de los amantes del balompié y dejó huella sobre un estadio y una ciudad que marcó una época en los años 90, con aquel mítico y extinto Club Deportivo Logroñés. La historia y la casualidad se han unido para enlazar este famoso estadio con la carrera de un joven árbitro conquense. Pablo Escribano, natural de Villamayor de Santiago, vivió la pasada jornada su debut en la 2ª División B como colegiado asistente del árbitro Cambrero González y Alubankudi Sultán en un Estadio de Las Gaunas que reunió a más de 3.000 aficionados para vivir el choque entre la UD Logroñés y el filial del Sporting de Gijón.
Un partido y un lugar que quedarán marcados en la memoria de este conquense. “Uno siempre recuerda el campo de su estreno en una nueva categoría y el hacerlo en Las Gaunas ha sido realmente especial, es uno de los estadios que quita el hipo”.
Después de conseguir el ascenso de categoría el pasado año, este árbitro dirige encuentros como colegiado principal en la Tercera División, pero gracias a la iniciativa de divulgación arbitral, también puede cumplir sus funciones de juez como asistente en 2ª División B. Cuando el pasado martes conoció su primer destino en esta categoría no lo podía creer. “Sentí una emoción enorme, no solo por tener el privilegio de debutar en 2ª B, sino también en un estadio tan mítico como Las Gaunas, fue un cóctel soñado”.
PREPARACIÓN Y ESTUDIO DE LOS EQUIPOS
Y es que la categoría de bronce del fútbol español supone un incremento no sólo para los equipos que promocionan a la competición nacional, sino para los jueces que cada fin de semana dirigen sus partidos: “Se nota el salto de nivel, la exigencia y la responsabilidad. Desde el viajar el día de antes hasta la preparación horas antes del partido”. Escribano nos comenta que el trabajo previo a un encuentro conlleva un estudio y análisis que produzca la mejor respuesta en el campo: “Esta temporada, la RFEF ha proporcionado a los árbitros de 2ªB plataformas de vídeo donde podemos ver partidos de los equipos. Los analizamos para saber cómo juegan, cómo se comportan y reaccionan para darnos una idea de lo que nos vamos a encontrar. También es muy importante la comunicación entre el trío arbitral. Antes del partido, siempre hacemos hincapié en cómo actuar ante posibles situaciones, es un aspecto fundamental para controlar el partido y que estemos concentrados durante los 90 minutos. Todo esto se entrena y te ayuda a ser mejor en tu profesión”.
Tras el partido, el colegiado conquense no pudo evitar echar la vista atrás para recordar el trecho que ha escalado a buen ritmo hasta alcanzar su posición actual. “Uno se acuerda de cuando empezó pitando partidos en 2ª Autonómica, en campos de tierra y pueblos pequeños y el llegar hasta aquí, hace que se valore tanta dedicación y esfuerzo. Lo digo a día de hoy y lo seguiré diciendo, me siento muy afortunado y un privilegiado por vivir momentos como este”.
UNA MANERA DIFERENTE DE VIVIR EL FÚTBOL
Escribano es consciente de que la profesión a la que se dedica no siempre es el camino que elijen los pequeños amantes del balompié, pero admite que es apasionante: “Uno puede vivir el fútbol con gran pasión siendo árbitro, es una responsabilidad mayúscula y única a la vez. Empecé en esto porque quería ser parte del juego desde esta perspectiva tan especial es algo que recomendaría sin duda, necesitamos más árbitros en Cuenca y Castilla-La Mancha”.
Referentes arbitrales para captar nuevos colegiados
Desde la Federación Castellano-Manchega de fútbol están animando a jóvenes de entre 14 y 24 años a probar la experiencia. La historia de Pablo Escribano comenzó con una de estas campañas que esta temporada tienen al castellano-manchego Javier Alberola, árbitro más joven de Primera División, como imagen de captación. El colegiado pasó por las jornadas de Periodismo Deportivo celebradas la pasada semana en el Campus universitario de Cuenca, admitiendo que para él era “todo un orgullo ser la imagen para futuros árbitros en la región. Yo cuando empecé el curso y veía a los máximos exponentes y ser ahora uno de ellos es un orgullo personal y te da mucha fuerza para seguir inculcando estos valores a los chicos. Es algo que en las charlas, ponencias y demás actos hablo con compañeros que empiezan y les comento experiencias sobre el recorrido que he llevado para que al final ellos también lo logren y así el comité castellano-manchego crezca, crezca y crezca y consigamos tener muchos y muy buenos árbitros en nuestra región”.
En el cartel que lleva la imagen de Alberola y otros colegiados de la región se invita a descubrir una experiencia con formación gratuita, remunerada económicamente y con opciones de descubrir nuevos ámbitos del fútbol con la posibilidad de promocionar.
