La preparación tanto física como mental a la hora de afrontar una carrera como la MAMOCU es esencial. Todo el recorrido previo se debe combinar con una estrategia de carrera que dé como resultado una gran actuación en el terreno. Para analizar lo que tendrán que afrontar los corredores hemos hablado con David Moral, entrenador de corredores de montaña y preparador físico del Club Corremón Cuenca.
Así, David admite que tanto la media maratón como la maratón “serán todo un reto para los participantes”. Con la distancia media (22 kilómetros) Moral advierte sobre la planificación de esfuerzo de los corredores, “pues por su longitud puede dar sensación errónea, ya que en relación distancia/desnivel, es más exigente que la propia maratón”.
Por otro lado, en cuanto a la prueba reina, este entrenador admite que “es una maratón que pondrá a cada corredor en su sitio, apenas da respiro, con pocas zonas llanas y muchas subidas y bajadas”.
Así, considera que la primera parte de la prueba “es la más dura, dado que cuenta con varias subidas de más de 200 metros de desnivel positivos en tramos de menos de un kilómetro”, haciendo referencia a las cuestas hacia la zona del Castillo, ‘Las Antenas’, o Corazón de Jesús.
El segundo tramo de la prueba, estas subidas serán de menor consideración, sin embargo acentúa en la importancia de la parte final (la cual coincide con la de 22 kilómetros) en la subida de la cantera de San Julián, nuevo tramo en esta edición. “Es una pared que, si la encaramos con una mala planificación, nos puede hacer perder tiempo y posiciones”, declara Moral.
Como consejos principales, este preparador hace hincapié sobre las previsiones de calor, una buena estrategia nutricional (geles energéticos, pastillas de sales, algo de cafeína, por ejemplo), el llevar un sistema de hidratación (mochila o cinturón), ayudarse de los avituallamientos para reponer energías.
Además, es importante no experimentar con material nuevo el día de la prueba (zapatillas, calcetines o pantalones incluso) y no obcecarse con el tiempo, “es bueno llevar una previsión de distancia/tiempo, pero no hay que obsesionarse mirando el reloj, sino disfrutar de la prueba, de las vistas y aprovechar los puntos de avituallamiento y recargar el sistema de hidratación”, admite David.
Sobre una última recomendación, Moral incide en el hecho de hacer una pequeña activación muscular el día de antes y, sobre todo, concentración: “La dificultad de la maratón llega por la propia resistencia de la prueba, las horas que pasarán en el monte los corredores y la gestión del tiempo, en eso, el paisaje y la belleza de la carrera ayudarán a hacerla más gratificante”.
