Elegancia, explosividad, precisión, plasticidad, relajación… todo se conjuga en la Escuela de Danza y Gimnasia Rítmica Dansei, nuevo club que aterrizó en Cuenca el pasado mes de septiembre y que a día de hoy ya cuenta con más de 50 niñas que trabajan día a día solamente en el apartado de rítmica.
Cristina Jiménez, directora de la escuela, nos abre las puertas del nuevo centro multidisciplinar que ha dispuesto en la capital y que cuenta con todo tipo de disciplinas artístico-deportivas, como lo son la danza clásica, el ballet, el pilates o la gimnasia rítmica.
NUEVA AVENTURA
La entrenadora conquense cuenta con una dilatada experiencia y formación en lo que a deporte y arte se refiere. Pasó por el Conservatorio Profesional de Danza, que define como “una experiencia única que, como persona, te educa y te reeduca”, añadiendo que allí adquirió ese nivel de perfeccionismo y disciplina que intenta extender a sus clases. Formada tanto en pilates -durante su último año en el Conservatorio-, como ballet -al que define como la base de cualquier deporte arte- y gimnasia rítmica, más recientemente se ha especializado como coach, faceta que desea proyectar en un futuro próximo hacia el ámbito deportivo.
Con una amplia experiencia como entrenadora de gimnasia rítmica en la ciudad, se animó a poner en marcha su propia escuela. Bien es sabido el problema que existe en Cuenca con respecto a las instalaciones e infraestructuras deportivas, muy solicitadas por la cantidad de clubes de la capital. Es por ello que, apoyada por su pareja y presidente de Rítmica Dansei, Pedro Sánchez, emprendió este ambicioso proyecto que incluía la tarea de acondicionar un espacio deportivo nuevo y, sobre todo, propio. Así pues, depende solamente de ella misma para organizar sus entrenamientos, lo que destaca como una gran ventaja tanto en lo personal como lo profesional. “Es algo muy innovador en Cuenca porque nadie tiene esta instalación. La hemos acondicionado más para una escuela de gimnasia rítmica: necesitamos la altura, los tapices, los espejos para que se vean, espalderas, manos de ballet para ejecutar técnica corporal…”, destaca Cristina, que ha quedado encantada con el resultado del centro.
Se lanza así a esta aventura junto a su compañera Raquel Muñoz -entrenadora nacional de gimnasia rítmica- en el equipo técnico de la escuela, con quien forma un tándem para impartir las clases. Aunque todavía es pronto para ello, Cristina tiene claro que desea enfocar el club al ámbito competitivo, con la esperanza de pasar también controles clasificatorios y así conseguir pases al nacional.
CENTRO MULTIDISCIPLINAR
Si bien la gimnasia rítmica es el mayor reclamo del club, este proyecto nacía con la intención de ser un centro multidisciplinar que conjugase varias modalidades, lo cual es posible a la formación anteriormente mencionada de su directora. Cristina destaca la popularidad del pilates, que cuenta con alrededor de 30 personas inscritas, valorando positivamente esta cifra. “Me parecía una disciplina interesante porque es importante tener más conciencia sobre la conexión cuerpo-mente y, sobre todo, en el tema respiración: en la sociedad de hoy en día parece que vamos a lo loco y, si te paras a pensarlo, es muy importante”, destaca.
También se imparte danza clásica, así como la innovadora actividad de full body ballet -también conocido como ballefitness o fitballet-, una fusión entre danza clásica y fitness que de momento no recibe mucha demanda, pero que goza de gran acogida en otras ciudades.
A pesar de su juventud como club, Rítmica Dansei ha comenzado fuerte en sus primeros meses, abarcando multitud de eventos como la Carrera de ADOCU, el Tour Universo Mujer o su Gala Navideña. Como muestra de que esta bella disciplina no tiene barreras, la escuela cuenta con un equipo de gimnasia rítmica adaptada para personas con discapacidad. Ahora mismo cuenta con 8 integrantes, y a varios de ellos ya les ha picado el gusanillo del deporte: pidieron un día más de entrenamiento y la escuela accedió encantada. Asegura Cristina que tiene muchos proyectos con ellos en mente, y de hecho ya trabajan de cara a los Campeonatos de Fecam de Gimnasia Rítmica tanto regional como nacional. El año pasado ambos tuvieron lugar en Cuenca, mientras que para este 2023 repetirá como sede en la cita nacional -el 25 de marzo-, no así en la regional -18 de marzo-, que se disputará en Tomelloso.
SACRIFICIO Y GANAS
La capacidad de sacrificio es algo inherente a prácticamente cualquier disciplina deportiva, aunque por todos es conocida la altísima exigencia y perfección que demanda la gimnasia rítmica. Tanto es así que Cristina reconoce que puede llegar a ser un deporte en el que, a la hora de las competiciones, “nunca terminamos de estar contentas al 100%”. Destaca que es indispensable el entendimiento y compromiso deportista-padres-entrenadora para obtener el mejor rendimiento deportivo, lo que hace que todas las partes valoren enormemente el esfuerzo que realizan las otras.
Pero cuando hay ganas, no duele hacer sacrificios, y para prueba quedan las deportistas del club: dos de esas pequeñas gimnastas son Keittyn Cedeño y Daniela Miota. Keittyn, con 10 años, lleva más de media vida -desde los 4 años- ligada a la gimnasia rítmica, y tiene especial predilección por los aparatos de aro y las mazas, aunque según ella, lo que más disfruta del deporte es pasarlo bien con sus compañeras. Daniela, con 9 años, encara ya su cuarto año entrenando, y decidió apuntarse, según comenta, porque le gusta mucho la flexibilidad y sobre todo el momento de salir a competir, algo que tiene claro que quiere hacer en algún momento. Al igual que su compañera Keittyn, le gustan las mazas, y tiene como referente a la reconocida gimnasta rusa Lala Kramarenko.
La Escuela Dansei ha dado ya unos prometedores primeros pasos, y avanza a paso firme a seguir creciendo como club. Lo harán tal y como dice su lema: con “arte, esfuerzo y pasión”.
