Para los más pequeños, insaciables, y a los que la gran victoria de España no les ha quitado las ganas de fútbol, queda un resquicio en Cuenca: el IV Campus Sport Cuenca ‘Ciudad Encantada’, que desde el pasado 24 de junio, y hasta este viernes, 26 de julio, ha congregado en el Obispo Laplana a los amantes de la redonda para pasar unas mañanas llenas de deporte y diversión.
Rafael Roche, coordinador y monitor del campus junto con Guille y Eva, transmite su satisfacción en cuanto a los niños y niñas inscritos en el campus, que la última semana ha superado los 50. “Seguimos batiendo récord con respecto a las semanas del año pasado”, comenta el monitor, que ya comentaba en ediciones anteriores que el número va en aumento conforme han ido pasando los años.
Desde luego, el éxito no es de extrañar, ya que los inscritos disfrutan de unas inmejorables mañanas. “Están muy contentos y cada vez van renovando más. También tenemos muchos inscritos de otros años que han repetido”, cuenta. Es, por ejemplo, el caso de Carmen, Nuria o Luis, algunos de los alumnos del campus. Carmen, que ya estuvo en la edición del 2023, cuenta que no dudó en apuntarse de nuevo, ya que quiere seguir entrenando y jugando con sus compañeros del Ciudad Encantada. Tanto ella como Nuria y Luis –que se han apuntado por primera vez– coinciden en que se quedan con el fútbol sala.
El Campus Ciudad Encantada está viviendo en este cuarto año su mejor edición hasta el momento, batiendo récords de inscripciones en todas las semanas
En el campus se trabaja a partir de grupos divididos por edades, las cuales varían desde los 5 hasta los 15-16, realizándose ejercicios adaptados a cada franja. “Con los más pequeños los ejercicios están orientados a la coordinación, desarrollo personal, trabajo en grupo, socialización… y con los mayores enfocamos desde lo básico, como la conducción, pase, regate o disparos, hasta posesiones y ejercicios combinativos”, explica.
Carmen y Luis –mediocentros– señalan que están mejorando poco a poco en la defensa y los remates de cabeza, dos de los aspectos que quieren mejorar, mientras que la defensa Nuria quiere sorprender mejorando sus tiros a puerta. Aunque la actividad más demandada está clara, y sorprenderá a pocos: “Los partidillos, para eso calientan todo el día”, comenta Rafael entre risas.
OTRAS ACTIVIDADES
Para fomentar el trabajo en grupo y la unión, también se llevan a cabo actividades como partidos de datchball –deporte similar al balón prisionero–, coreografías y vídeos –por ejemplo, celebrando el triunfo de España en la Eurocopa– y, por supuesto, una de las más esperadas: la piscina. “Después de todo el día jugando, sudando y corriendo…”, cuenta el pequeño Luis, que tiene la piscina como una de sus actividades favoritas, y es que en el Luis Ocaña tampoco paran de hacer juegos. “Los padres nos preguntan qué hacemos, porque llegan a casa y se echan la siesta, que nunca se la echan”, bromea.
Además del fútbol en Las 500, se juega al fútbol sala y datchball en el CEIP Ciudad Encantada para acabar la mañana en la piscina del Luis Ocaña
El monitor anima a todo el que quiera, sea del club o no, a venir y participar, ya que, una vez acabado, se echa de menos. “Muchos nos piden que si vamos a seguir en agosto y les digo que ya es imposible. Quizás algún año nos lancemos a una quincena si tenemos mucha demanda”, lanza al aire Rafael, que cuenta desde el Ciudad Encantada que la idea es seguir creciendo y, si bien es difícil superar tanta inscripción, el campus lo ha ido haciendo cada año y es posible pensar en acogidas todavía mayores.
Aquellos que estén interesados pueden obtener toda la información del campus y formalizar su inscripción para esta última semana a través del número 626678639 o enviando un correo a ciudadencantadadeportiva@gmail.com.
Más allá del aspecto deportivo, en el campus –con tres monitores que, además, son profesores– se hace incidencia también en lo beneficioso de la socialización durante estas semanas de verano. “Cada semana, incluso cada día, están con gente nueva y deseando que lleguen más para entablar amistad. Nosotros lo notamos incluso en los ejercicios, ganan afinidad con el paso de los días y acaban los viernes que no se quieren ir porque han conocido a chicos nuevos, hay muy buen rollo”, cuenta Rafael.
En el campus se practican dinámicas distintas a las de las temporadas regulares en los equipos, siendo las jornadas mucho más distendidas y fomentando la unión entre todos sus participantes. Además de jugar con amigos que ya conocían previamente, explica Rafael, aquí conocen a chicos y chicas de distintas edades, a los que educan además a través de los valores del deporte. “Una de las cosas en la que más incidimos los monitores es en esos valores sociales de respeto y humildad que queremos que se transmitan, y ellos lo captan muy bien”, celebra Rafael.
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Campus de Fútbol
