De Cuenca… a los campos de la Premier League. La historia de Pablo de la Torre es un ejemplo de pasión y dedicación. Este joven conquense, ahora preparador físico del AFC Bournemouth, ha llevado su conocimiento y experiencia al más alto nivel del fútbol mundial, inspirando no solo a quienes le conocen, sino poniendo también de relieve la capacidad de los profesionales conquenses para dejar huella en cualquier rincón del planeta.
Tras cerrar “una etapa preciosa en el Rayo Vallecano”, donde ha disfrutado varias temporadas en la élite del fútbol español, el conquense vio cómo se abrían varias puertas, aunque vio en una de ellas “un sueño por cumplir”: la Premier League. Una vez surgida la opción del Bournemouth, sopesó a conciencia lo que implicaría marcharse a este equipo. “Sabiendo la dificultad que llevaba cambiar la identidad del equipo e instalar una forma diferente de entrenar y jugar, podía ser un buen lugar en el que establecer nuestra manera de concebir el futbol”, declara el preparador físico.
Lo cierto es que el juego de la Premier es, de manera casi indiscutible, el más físico y vertiginoso del mundo, lo que suele hacer de ella la liga más atractiva para el aficionado. Si bien “el perfil condicional es superior al de LaLiga”, De la Torre precisa que el sistema de trabajo –la estructura de las semanas y el orden de los contenidos– no ha cambiado en demasía, ya que ha sido desarrollado a lo largo de varios años. Es el volumen y la intensidad lo que se modula con respecto a la competición española. Por otra parte, y con respecto a ese famoso ‘big data’ que cada vez se cuela más en el deporte, concreta que toma relevancia al contrastarlo con la sensación y la percepción del jugador, ya que los números por sí solos no son suficientes como para optimizar el rendimiento.
Tras su etapa en el Rayo Vallecano, Pablo decidió probar con “un sueño por cumplir” yéndose a la Premier League
Cabe recordar que ya tenía experiencia en ligas exóticas como la armenia o la chipriota, por lo que aclimatarse a un escenario nuevo como Inglaterra ha sido un proceso rápido, lo que no quita que siempre sea un desafío. “Es difícil pasar de vivir en Madrid y tener la familia y amigos a una hora y media a pasar a verlos tres veces al año, son decisiones difíciles pero las decisiones laborales tienen que ir muy regidas por la razón y así fue, sabiendo que se sacrificaban cosas personales, tocaba estar aquí y aceptar la letra pequeña de esta profesión”, reconoce.
PREPARANDO A ESTRELLAS
Por otra parte, toma con responsabilidad y orgullo el hecho de “estar a la altura de la liga con los mejores profesionales del mundo”, por lo que se centra en disfrutar del día a día, algo que se está trasladando al propio equipo, que a día de hoy ocupa la séptima plaza en la Premier con un punto menos que el Manchester City y a dos de puestos europeos. De la Torre celebra que el equipo se parece mucho “a lo que el principio sueñas con construir”, subrayando la clara y reconocible identidad que tienen, independientemente de su puesto clasificatorio. Sin lanzar las campanas al vuelo, se centra en el momento presente y se olvida de pensar dónde estarán a final de temporada. “Aquí no hay manera de sumar un punto fácil”, recalca.
Aunque no hay punto fácil, los ‘cherries’ se han consolidado como matagigantes al vencer al Manchester United (0-3 en Old Trafford), Manchester City, Arsenal, Tottenham… con el conquense disfrutándolo desde su posición. “Me siento muy orgulloso del camino recorrido, es esfuerzo invertido y las experiencias vividas que me han traído hasta aquí”, traslada De la Torre, quien se declara como “un gran afortunado” por compartir este camino con gente como Andoni Iraola y los “grandes profesionales que me han ayudado a ser lo que soy a día de hoy”.
Como consejo a los jóvenes que sueñan con llegar a estos escenarios, se sincera y traslada que no cree que el objetivo deba ser única y exclusivamente ese, ya que se estará “quitando energía de lo que realmente le puede acercar a seguir subiendo escalones”. Invita el conquense, tal y como él sigue haciendo, a concentrarse en el día a día, disfrutar, transmitir esa pasión y autoconocerse para dar lo mejor de uno mismo. “Si estamos desgastándonos con futuribles y no centramos nuestra energía en el día a día y en lo que depende de nosotros, nos estaremos alejando del objetivo”, concluye.