El golf, deporte de aire libre, está inevitablemente unido a un paisaje naturalmente tan rico como lo es Cuenca. Uno de los espacios donde se practica esta disciplina es el Cuenca Golf Club, que en Villar de Olalla -a 5 kilómetros de Cuenca capital- cuenta con 40 hectáreas de extensión para ofrecerle al usuario una experiencia completa con el golf como eje central a través de sus 18 hoyos.
Lo cierto es que esta disciplina está gozando de un notorio auge: en 2022, la cifra de federados en España era de 293.560, lo que lo convierte en el cuarto deporte con mayor número de licencias. Aumentó un 3% con respecto al 2021 y ya son varios años en los que mantiene una tendencia alcista.
Se traduce también este incremento en el Cuenca Golf Club, siendo aproximadamente 150 los socios que están inscritos. Por otra parte, el club cuenta con una escuela de niños bastante poblada: alrededor de 50 se curten bajo las instrucciones de Álvaro Sánchez, y ya hay algún caso de jóvenes que sobresalen especialmente, como lo es el de José María García, que a finales de junio participará en el Campeonato de España Alevín.
DEPORTE ACCESIBLE
Uno de los mantras que ha ido acompañado siempre a la práctica del golf es que puede llegar a ser un deporte poco accesible debido al precio del equipamiento y los conocimientos que son necesarios para jugarlo bien. Es por ello que una de las premisas del Cuenca Golf Club ha sido acercar la disciplina a todo el mundo sin que haya ningún tipo de impedimento.
Luis Alonso, gerente comercial con más de cuatro años en el club, declara que es un campo abierto al público en el que no hace falta ser socio, si bien eso conlleva ventajas. Las tarifas para los no abonados varían desde los 20 hasta los 40 euros, dependiendo de si el circuito es de 9 o de 18 hoyos y de si se trata de un día laborable o festivo.
Si bien los profesionales necesitan un buen físico para aguantar, explica Alonso, para hacerlo a nivel amateur y divertirte no es necesario, lo cual no te eximirá de hacer el ejercicio más sano que existe: el de andar, lo que hace todavía más amable el iniciarse en este deporte. “Puedes andar unos 8 kilómetros en una vuelta de 18 hoyos. Y aquí hay gente que viene todos los días, tenemos jubilados que son abonados del campo y en las instalaciones, además de jugar al golf, hacen su ejercicio”, aporta.
Destaca además Alonso que el golf es un deporte muy familiar: “Aquí puede jugar el abuelo, el padre y el nieto. Tres generaciones, porque compites con tu bola y contra ti mismo y tu hándicap”, añade
El Cuenca Golf Club cuenta con alrededor de 150 socios que juegan habitualmente, siendo este el mejor número registrado hasta ahora, por lo que la evolución es constante
TÉCNICA... Y MENTE
El golf es un deporte en el que prima la técnica, la cual tiene que ser bastante perfilada para llevar a cabo los complicados y precisos golpes que requieren los distintos hoyos. Desde el agarre del palo y la elección del mismo, la colocación, velocidad, movimiento de cadera y brazos, la importancia del peso del cuerpo… cada pequeño detalle cuenta en esta disciplina, y estos son solo algunos de los aspectos a tener en cuenta para pulir un buen golpeo, tal y como se comenta desde el propio club.
Pero también es un deporte de cabeza, y es que, como en todas las disciplinas, “se juega como se entrena”, comenta Alonso, siendo vital la concentración no solo a lo largo de las horas en las que se juega, sino también en los días, ya que los campeonatos son la suma de todos los golpes a través de todos los hoyos. “Juegas un mal hoyo y ya está, porque puedes hacerlo en 3, 13, 23 o infinitos… y ya has echado el día. Puedes tirar un campeonato en 20 minutos malos”, advierte. Este es uno de los puntos en los que se hace hincapié también en la escuela de golf para sacar lo mejor de los jóvenes.
UN ENCLAVE NATURAL
El Cuenca Golf Club se enorgullece de que en su recinto, la ecología y el respeto al medio ambiente sean primordiales. Arturo Reyes es el greenkeeper de las instalaciones, siendo esta una figura vital en la práctica del golf, pues no es magia que esos verdes campos se mantengan siempre ideales para golpear.
Antiguamente, en España se intentaba cuidar los campos de golf como si de “moquetas” se tratase, buscándose la perfección. Hoy en día se ha virado más a una filosofía que aboga porque sea el campo el que se adapte a la naturaleza del entorno y no la naturaleza al campo.
“Trabajamos con lo que haya aquí, todos los tratamientos sanitarios que antiguamente se hacían se han quedado atrás. Lo único que cuidamos es la planta de los greenes y cortamos el césped para que no se pierdan las bolas, pero hasta ahí llegamos. El resto lo dejamos tal cual esté”, cuenta Reyes.
Esto hace de los vastos terrenos en los que se instala el club algo más que un campo de golf, siendo también un pequeño oasis para el microentorno que se genera en él. “Aquí encuentras más vida que en muchos lugares de siembra”, bromea Reyes, aludiendo a que se pueden ver ranas, insectos y aves, algo que cada vez ocurre menos en la agricultura extensiva que deforesta el entorno en el que viven. La flora también encuentra su hueco gracias al plantado de especies autóctonas y naturales como el romero o la lavanda.
En las instalaciones del club se mantiene la filosofía de que debe ser el campo de golf el que se adapte a la naturaleza y no al revés, por lo que se ha creado un entorno natural alrededor del mismo
Por otra parte, desmiente también Reyes uno de los mitos más achacados al golf, que es el del excesivo gasto de agua. “En su día era cierto, si hablamos de 20 años atrás. Pero hoy se surten casi todos de aguas residuales. Nosotros, de hecho, reciclamos las aguas que genera el club y tenemos una depuradora que utilizamos para regar los campos. Más sostenible que esto, imposible”, celebra el greenkeeper.
Esto supone uno de los objetivos del Cuenca Golf Club: aunar deporte y naturaleza para ofrecer una experiencia completa que se complementa con los demás servicios que ofrece el club deportivo.
