La emoción del baloncesto ya ha regresado a la Esperanza Calvo de la mano del CB Cuenca Femenino, que ha comenzado la Segunda Femenina de Castilla-La Mancha para afrontar un ilusionante año sobre el que planea el objetivo del ascenso, pero también el de consolidar un equipo joven y de futuro que continúe dando alegrías.
Desde luego, el debut fue inmejorable: vencieron el pasado sábado con un holgadísimo resultado de 84 a 13 al CB Infantes, sin encajar siquiera un solo punto en el último cuarto. También demostraron una gran regularidad en ataque durante todo el partido que hace tener unos buenos presagios.
Alberto Almodóvar, entrenador del equipo rojillo, rechaza centrarse en el resultado, sino que celebra ver plasmado en la pista el trabajo que vienen realizando en los entrenamientos durante unas semanas en las que ha visto bien a las chicas, si bien faltaba ese “punto competitivo” al no haber tenido pretemporada.
Desde luego, advierte que no todos los encuentros serán así: se encontraron con un rival nuevo en la competición que tenía “sus circunstancias”, pero adelanta que es un grupo fuerte en el que hay varios equipos que pondrán las cosas difíciles. Destaca a Puertollano, que ha mantenido “e incluso mejorado” el bloque con el que se midieron hace dos años en Copa y fase de ascenso, así como el EBA de Albacete y Azuqueca. En general, el nivel medio “será un poquito más alto” que la última vez en la que militaron en esta división, apuntando que equipos como Polígono Toledo, Don Fadrique o Yunquera también pueden dar guerra.
En cuanto a la vitola de “favoritas”, la cual se le podría llegar a otorgar dada la condición de recién descendidas de Primera Femenina, Almodóvar prefiere rechazarla y ser cauto: “No hemos terminado de conocer a todos los rivales, así que habrá que esperar un poco para ver cómo evoluciona”, explica, asegurando que su tarea ahora es “asentarse, reunir un buen equipo y trabajar lo que tenemos en mente”.
Por otra parte, no esconde que el objetivo a la larga como equipo es acabar lo más arriba posible, por lo que el ascenso –y, por tanto, regreso– a Primera Femenina entra dentro de sus planes, aunque reitera que prefiere ir paso a paso para colarse en la Copa y, más tarde, la fase de promoción.
El equipo júnior ganará importancia esta temporada, ya que se pretende que algunas de ellas entren en dinámica con el primer plantelSE MANTIENE EL BLOQUE
En cuanto al equipo, este año se ha conseguido mantener prácticamente la totalidad del mismo, con algunos pequeños cambios. Este año han causado baja las jugadoras que, por motivos académicos o laborales, han abandonado Cuenca: Irene Carbonell, Inés Serrano y Teresa Poveda. Por su parte, han llegado al equipo Carmen Coll–base– y Blanca Gaude –alero–, procedentes de Denia y Albacete, respectivamente.
Este año también se contará –todavía más– con el júnior, que ha sido una de las prioridades del CB Cuenca Femenino en los últimos años. Se rechazó la plaza de ascenso a Primera Femenina hasta que se consiguió sacar adelante esta plantilla júnior, ya que el club expresaba que querían tener una base antes de aceptar ese reto. Unos años después, el proyecto sigue en marcha y lo hace con 14 jugadoras. Almodóvar desvela que quiere que entren más en dinámica sénior, como ya lo hiciese Natalia Pinós, sin ir más lejos, en el primer partido de la campaña, siendo máxima anotadora junto a Marta Morillas. “Sabemos que son la base que tenemos para años posteriores”, asegura el míster.
Importante es también la continuidad del propio Almodóvar, que con 11 temporadas a sus espaldas, explica que su mayor reto es seguir motivando a las jugadoras –algunas de ellas llevan casi 20 años en el equipo– para que sigan dando lo mejor de sí mismas y mejorando.
“El ascenso es un objetivo que está ahí, pero no pensamos en eso. Hay que ir paso a paso, asentarse y trabajar lo que tenemos en mente”