Ambiente de pura final de competición en pleno miércoles por la tarde. Un espectáculo digno y autóctono de El Sargal que acogía una pelea de titanes entre Liberbank Cuenca y Ademar León. Pese a la postración del horario ante el yugo televisivo, la afición conquense del balonmano respondió una vez más llenando las gradas para apoyar a su equipo en un partido de vital importancia.
Al poco de que arrancara el espectáculo, y no mucho después de que Natan Suárez fuera el primero en inaugurar el marcador, el Liberbank sufrió la baja de Pablo Marrochi por roja directa. El uruguayo erró en leer la acción de su par atacante, y le golpeó con el antebrazo en el rostro al jugador de Ademar León. La acción no fue sino el comienzo de una ruidosa relación que la grada de El Sargal mantendría durante todo el partido, pero no hubo atisbo de duda en el veredicto de Miguel Martín y David Monjo, y el conjunto conquense perdía a uno de sus centrales cuando apenas habían transcurrido cuatro minutos. El varapalo trajo un estado de shock que, en lo que el equipo de Lidio Jiménez tardó en digerir, León ya había logrado un parcial de 0-4 con los potentes lanzamientos exteriores de Feuchtmann o David Fernández y el acierto desde los seis metros del extremo Mario López.
Los de Manolo Cadenas se hicieron cargo de la ventaja mientras el Liberbank Cuenca volvía a pecar de un nerviosismo y anticipación, fruto de querer dar caza a su rival en el menor tiempo posible en lugar de reducir la ventaja con tesón y con buena letra. Con Natan en modo ‘Diablo de Tasmania’ y Thiago Alves soltando el brazo con un acierto reducido (2/6 en el primer tiempo), los conquenses se situaron a sólo un tanto con la precisión desde los siete metros de Hugo López (5-6), pero nuevamente, Ademar estiró su ventaja hasta recuperar los cuatro goles de ventaja tras pasar el ecuador del primer tiempo (6-10).
Llegaron minutos de poco ritmo, con un juego muy duro y físico en ambas áreas y racanería goleadora. En este forcejeo en el barro, Leonel Maciel mantuvo en la batalla a su equipo alcanzando el 47% de efectividad en el primer tiempo. Los pocos goles que se pudieron ver hasta el descanso tuvieron celebración local, con Thiago soltando un auténtico obús en caída que sorprendió a Slavic y Hugo López anotando su segundo tanto personal desde el extremo para dejar el marcador camino de vestuarios con el 8-10 desfavorable a Cuenca.
Tras el intermedio, el partido sufrió un nuevo deja vú con gol inicial de Cuenca, obra de Vainstein, aderezado con un 0-3 para León en los primeros cinco minutos. Fue Hugo López quien paso de secundario destacado a protagonista en el choque, con robos en defensa y goles bien al contraataque, desde los siete metros, o siendo el más listo de la clase y pillando a la defensa de León hablándose para corregir errores.
El Ademar León supo sobrevivir pese al ambiente hostil de una renta plácida de dos o tres goles que nunca llegaban a desaparecer. En el momento que el Liberbank se acercaba en el tanteo, el nerviosismo, la precipitación o las decisiones de los colegiados contrarias a la opinión de los locales, evitaron que Cuenca logra la igualada: si Hugo López robaba un balón y Natan dejaba el marcador en menos uno al contraataque (16-17), Cuenca sufría la exclusión de Vainstein cuando intentaba provocar una falta de ataque. Si Thiago lograba sobrepasar a Slavic en una segunda parte donde el serbio marcó la diferencia, Marchán cazaba un balón a tres metros de altura para batir a Leo.
Lidio posó la tablilla en la mesa central para pedir tiempo muerto cuando Ademar se puso a tres nuevamente (17-20) y dejar claras las directrices de su equipo en los minutos finales, pero no era el día de Cuenca.
Moscariello reducía la ventaja a dos y tras desaprovechar su ataque León, Colo erraba en su internada ante la sorpresa del argentino al comprobar que los colegiados no señalaban el golpe franco tras recibir el contacto de la defensa rival en la acción. El argentino se quitó la espina sólo instantes después cuando, a menos de minuto y medio para el final, apretó la contienda con el 20-21.
Con bola para León, el equipo de estiró al máximo el pasivo y cuando se quedaba sin ideas, el técnico pidió tiempo muerto para trazar una estrategia que se transformó gracias a un despiste de la defensa del Liberbank. Mario López vio el hueco y no dudó, pese al poco ángulo, el extremo se las ingenió para batir a Maciel y sellar el partido.
Thiago en un último esfuerzo volvía a dejar a su rival a sólo un gol a quince segundos del final, pero León no perdió los nervios y aguantó hasta el bocinazo que lo certificó como vencedor del partido. Un choque donde no faltó la tensión, los nervios, la disputa entre dos fuerzas muy igualadas y eso se tradujo en pocos goles, partirse la cara en cada jugada y un sacrificio en vano para Cuenca y un glorioso triunfo de León.
El resultado complica de manera sustancial las aspiraciones del Liberbank a la Copa ASOBAL, ello no quita la visión de victoria en los encuentros restantes y, con mayor urgencia que nada, recuperarse del revés para amarrar su clasificación a la fase de grupos de la Copa EHF este sábado en Austria.