El voleibol conquense seguirá teniendo, un año más, representación en la categoría nacional masculina. Así lo ha confirmado la permanencia en Primera División Masculina del Club Voleibol Cuenca, que, tras lograrse casi in extremis, se ha conseguido en una temporada de transición con mucho mérito por parte de sus jugadores.
UNA TEMPORADA SUFRIDA
Esta permanencia merece todavía más reconocimiento si tenemos la situación del equipo. Se trata de una plantilla muy joven y con muchas caras nuevas, pero también con muchas ganas de trabajar.
Edu Pérez, entrenador y jugador del equipo -rol que ha adoptado por primera vez en esta campaña- analiza las claves de una temporada muy movida que todavía le depara compromisos a las categorías inferiores del CV Cuenca. En cuanto al primer equipo, el joven reconoce que les costó arrancar, ya que la plantilla de este año traía muchas caras nuevas y jóvenes, disponiendo así de un grupo bastante distinto al de otros años.
Una de las claves de la permanencia ha sido el rendimiento y la buena respuesta de la plantilla en momentos importantes, es decir, ante rivales directos. Las trascendentales victorias ante Miguelturra -en ida y vuelta-, Universidad de Granada, Paterna o Adeva Albacete han sido artífices de esta permanencia en la categoría de bronce del voleibol nacional.
EL CRECIMIENTO DEL EQUIPO
Estos triunfos son fruto de una temporada en la que los conquenses han ido de menos a más, ofreciendo una gradual madurez en el juego y cohesión del grupo que se ha notado, especialmente, en las últimas jornadas del campeonato. Señala Pérez que, al inicio de la campaña, estuvieron trabajando sin balón para que quedasen claros los movimientos y los cruces. Asimismo, ha habido quien ha tenido que adaptarse a nuevos roles: es el caso del propio Pérez, central natural, que ha tenido que readaptarse a la posición de opuesto cuando las necesidades del equipo lo requerían; o de Cristian, también central, que se ha desarrollado como receptor. “A lo largo de la temporada la gente ha empezado a coger galones, a tirar de veteranía y rendimiento”, celebra Pérez, que ha visto el gran progreso de los suyos a lo largo de estos meses.
Así, se han sobrepuesto a la agobiante situación de verse emplazados en la zona baja durante buena parte de la temporada, imponiéndose cuando más lo necesitaban. La experiencia les ha ido dando la confianza y la garra para cerrar bien los sets y no tener “fallos tontos” al principio de los mismos, señalando Pérez que este era uno de los grandes problemas al principio del curso.
DOBLE RESPONSABILIDAD
El joven es bastante claro a la hora de hablar de su experiencia como entrenador y jugador: “Ha sido la temporada más difícil de mi vida, ser entrenador y jugador es dificilísimo, no sé cómo la gente de alto nivel puede aguantar”, sentencia Pérez. Hace referencia así al apartado técnico y táctico del juego, los cuales no ha podido apreciar como a él le hubiese gustado, ya que ha tenido que desempeñarse también como jugador. “Como estoy jugando ya no puedo controlar la defensa, si está bien puesto el bloqueo, si estamos acertando en el saque…”, comenta, añadiendo que se trata de un técnico muy metódico al que le gusta que todo salga según lo planeado. Así pues, su labor como entrenador prosigue fuera de la pista, teniendo que analizar los partidos en vídeo para darse cuenta de las claves y ver los aspectos a reforzar.
Pérez se marca como objetivo de cara a la próxima temporada intentar quedar un poco más arriba que este año ahora que los más jóvenes ya tienen experiencia en la categoría, al mismo tiempo que el equipo se ha adaptado a la dinámica de trabajo del míster. “Esperemos que el año que viene las cosas no se pongan tan difíciles”, desea.
UN BINOMIO INSEPARABLE
Más allá del primer equipo, el éxito del CV Cuenca como entidad radica en la indivisible unión que mantiene con las categorías inferiores.
Miguel Rubio, jugador del equipo cadete, corrobora que tanto él como sus compañeros han adquirido un gran nivel gracias a los entrenamientos con los integrantes del senior. Sin embargo, destaca también el buen ambiente que se respira como bloque: “Esto, más que un equipo, es una familia. Veo que todos nos sentimos así, y esto para mí es muy importante. Lo que hay que ser, fuera de saber jugar, es ser un equipo, una familia, y tener buen rollo. Además estamos trabajando mucho y las cosas están saliendo, pero hay que seguir trabajando”, sentencia. Como curiosidad, destaca de su periplo por la Copa de España Cadete -de la que salieron subcampeones- la rápida conexión que tuvieron los jugadores a pesar de no haber jugado antes. El joven jugador asegura que no vio a ningún otro equipo en el torneo del KO que tuviese un grupo tan unido como el de los conquenses, lo que fue, sin duda, un gran plus a la hora de trasladar su trabajo a la pista.
La próxima aventura del cadete les llevará a intentar conquistar la Fase Final Regional. Su primer escollo será el CV Ciudad de la Cerámica, estando Salesianos y Miguelturra en el otro lado de la eliminatoria.
Terminado el turno del primer equipo, ahora le queda soñar a los jóvenes. El duro trabajo -y sus manos y brazos podrán atestiguar lo que puede llegar a “picar” un potentísimo saque de los senior- que llevan realizando bajo la disciplina de Pérez es garantía de presente y futuro para una ciudad que espera poder volver a vivir una época dorada del voleibol.
