Apuran los últimos días y horas para preparar su “Jimny” para la ocasión. A la vez que revisan suspensiones, componentes y van probando poco a poco los ajustes en caminos cercanos, Juanma Rodríguez y Ricardo Triguero intentan recabar apoyos económicos de patrocinadores locales.
“Esto es más devoción que otra cosa, porque supone un gasto importante sólo para unos días de adrenalina”, explica Juanma, que pilotará por primera vez en el Rally de Cuenca pese a vivir esta prueba conquense como miembros del club Cuenca Motor 4x4 y un acérrimo espectador desde que la prueba era “la Montes de Cuenca” de antaño.
"Sólo en la ropa el mono con partes ignífugas, las inscripciones, licencias, etc. Supone un coste de entren 1.500 y 2000 euros para el piloto y copiloto ¡Sin ni siquiera subirte en el coche!" A ello se suma la preparación básica que le han aplicado a su todoterreno que también guarda su encanto. "En un modelo Jinmy Copa de una serie especial de la marca, en nuestro caso sólo le hemos podido modificar algunos componentes, en especial la suspensión", cuenta Rodrigo que señala la importancia del apoyo de talleres como Olicar en su caso para poder competir en este atípico rally.
Será una carrera especial, porque a pesar de contar con experiencia en pruebas y rallies anteriores, esta VI edición del Rallye TT Cuenca se convertirá en la primera ocasión que estos dos conquenses compitan “en casa”. “El objetivo nuestro es terminar la carrera y hacer un buen papel en la categoría de históricos, porque aunque sea el rally de Cuenca, es una prueba muy, muy dura”, comenta Triguero que cuenta en su currículo con la Panda Race, prueba que se realiza con el emblemático coche a través de los exigentes tramos de Marruecos.
La especialidad de su categoría hace que tengan que correr con la preparación tal y como se realizaría en la época en la que se lanzó el modelo. “Vas con la tecnología de la época, el ‘terratrip’ en lugar de ir por GPS es un contador en la caja de cambios como antiguamente”. Mientras llega el esperado fin de semana, los pilotos aprovechan pequeños tramos a las afueras de la ciudad para hacer rugir este pequeño todoterreno y probar las sensaciones de los cambios mecánicos de última hora, en aras de que, pese a las dificultades que está ocasionando la pandemia en la correcta planificación de la carrera, sea una prueba inolvidable para ambos.
