Cuenca volverá a vivir un partido de la máxima categoría del fútbol juvenil nacional. La Balompédica recibe este sábado, a las 16:00 horas, en el Obispo Laplana, al C.D. Roda, una de las cunas de la cantera del poderoso Villarreal C.F. y que exporta, año tras año, un sobrado potencial a la factoría del “submarino amarillo”.
El choque se deberá jugar en el campo de Las Quinientas, que si bien cuenta con un césped de última generación, los vestuarios variarán bastante con respecto a las instalaciones que acogen encuentros de esta categoría. Y es que desde el Conquense señalan que la intención esta campaña es que su equipo juvenil de División de Honor jugara en una Fuensanta que, vistas las últimas informaciones, tardará en estar lista para el equipo de Iván Rubio.
DEBUT LOCAL
En cuanto al plano deportivo, el equipo cuenta con buenas sensaciones pese al resultado de su estreno con derrota ante el Valencia CF (3-1). “Plantamos cara, nos mantuvieron encerrados más de lo que nos hubiera gustado, pero estuvimos a punto de darles un susto”, explica Rubio.
Una semana después, el equipo espera sumar sus primeros puntos en la División de Honor ante otro de los ‘cocos’ del Grupo 7 como es el Roda, un equipo que cuenta con jugadores seguidos por el entorno del Conquense “como Marcos Moreno, ex del Albacete que ya marcaba la diferencia en Liga Nacional cuando aún era cadete”.
Este Conquense espera hacer valer el bloque de jugadores que se mantienen desde el ascenso y sume en conjunto con las incorporaciones. “Tenemos una plantilla larga porque también contamos con jugadores del Juvenil B. Al final, es esencial a estas edades tener minutos y tratamos de plasmar esa filosofía”, declara Iván que espera un partido en el que las acciones de segundas jugadas y “sobre todo, la estrategia” marquen la diferencia debido a las características del terreno de juego conquense.
Se espera un gran seguimiento y presencia de aficionados tanto de la Balompédica como del equipo visitante, por lo que podrían repetirse escenas de la campaña pasada en las que debido al aforo reducido de la instalación, el espacio existente en rampa y sin asientos entre el Polideportivo Samuel Ferrer y el propio campo se llenaba de aficionados para seguir el partido.
