El Club Rugby A Palos se encuentra en una encrucijada con respecto al retorno de la competición. El único representante conquense de esta disciplina que milita en la Federación de Rugby de la Comunidad Valenciana, ante la inexistencia de una en Castilla-La Mancha, logró un hito histórico al competir el pasado año con dos equipos (masculino y femenino). Sin embargo, la complicada situación de la pandemia ha agravado la siempre complicada búsqueda de nuevos jugadores a la que el club se enfrenta cada año.
Desde la federación propusieron al club elegir varias alternativas para retornar a la actividad esta temporada. “Había tres opciones, congelar las divisiones y pasar el año jugando amistosos, competir de la misma manera que el año pasado o hacerlo en grupos reducidos, que ha sido la que finalmente parece que saldrá adelante”, explica el presidente, Víctor Carrascosa. El club tiene como fecha límite para tramitar sus licencias el próximo 20 de octubre, aunque se plantea pedir una prórroga para agotar todas las vías posibles para evitar pasar el año en blanco.
FEMENINO
En el caso del equipo femenino, el técnico Alberto Hernández señala que “hay suficientes chicas para poder sacar un equipo adelante, pero estamos a la espera de lo que ocurra con el CR Albacete, puesto que si su equipo masculino asciende de categoría, necesitará un segundo equipo en competición y tendríamos que inscribir a nuestras jugadoras en el equipo albaceteño. De lo contrario, serían las cinco jugadoras de Albacete las que formarían parte del A Palos, como ocurrió ya el año pasado. De una manera u otra, las chicas quieren jugar”.
MASCULINO
Más complicado es el asunto del masculino. El conjunto que solo hace dos temporadas estuvo a las puertas de ascender a la primera categoría regional ahora se ve con unas 15 fichas, insuficientes para el mínimo de 23 que establece la federación para inscribirse. “Ante esta situación, el cuerpo técnico está valorando varias alternativas. Desde no inscribirnos como equipo pero sí sacar licencias para poder disputar amistosos hasta hacer una fusión con otro equipo para competir. Lo que está claro es que aunque no compitamos y perdamos la categoría, no podemos dejar de entrenar, porque hay una remesa de jugadores juveniles con mucha proyección y podrían competir en 2021”, argumenta David Cuesta, entrenador principal. Así, con el tiempo en su contra, el club conquense busca alternativas para que el trabajo de tantos años no caiga en saco roto.