En época navideña, cuando la ilusión y el espíritu de unión se pueden respirar en cualquier lugar, el Club Rugby A Palos se viste de fiesta para celebrar su tradicional campus de Navidad. Pensado para que pequeños y jóvenes disfruten de estas vacaciones de una manera activa y divertida, el evento ha combinado deporte, compañerismo y valores propios del rugby, como el respeto y el trabajo en equipo, pero también la inclusión, ya que la entidad conquense está tratando de dar un paso adelante en ese sentido.
Marcos Sarria, presidente del Rugby A Palos tras la última constitución de la junta directiva, traslada que son 60 los apuntados a este campus, lo que supone un buen número. “Hay muchos por parte del club que estaban antes o que están ahora, pero la cosa es darle visibilidad”, comenta el joven.
El objetivo del A Palos es poder sacar un equipo inclusivo con los chicos y chicas de ADOCUDEPORTE PARA TODOS
La particularidad de este campus ha estado en la activa participación de ADOCU –Asociación Síndrome de Down de Cuenca y Provincia–, que ha traído a sus chicos y chicas para disfrutar del primer día de campus. Con muchas ganas se han enfundado los petos y hecho sus primeros movimientos con el balón, desde pases con la mano y con el pie hasta persecuciones y empujones en la máquina de melés.
“El deporte es sinónimo de fiesta y por eso en Navidad siempre queremos traer el rugby. Promovemos valores, el agrupamiento, la inclusión externa y por eso está abierto a todo el mundo que se quiera apuntar”, traslada el presidente mientras los jugadores del A Palos dirigen los juegos con los inscritos. “No paran, tienen una ilusión y esas ganas… alguno nuevo se ha apuntado desde la última vez que trabajamos con ellos”, cuenta Sarria, quien añade que el proyecto quiere ir a más, ya que el plan final pasa por hacer un equipo de rugby inclusivo, lo cual “sería un sueño”.
Por otra parte, el primer plantel masculino no se queda atrás: después de un par de años sin competir, esta travesía ve la luz. “Estamos muy cerca de conseguirlo”, asegura Sarria, informando de que la Federación va a poner una liga de desarrollo con más permisibilidad, por lo que podrían jugar con 12 fichas. “Creemos que jugar aquí en Cuenca otra vez sería un gran paso para la visibilidad no solamente por mantener el núcleo de jugadores, sino también por darnos a conocer y que la gente vuelva a conectar”, concluye el presidente.
De momento, este campus es un gran aperitivo para disfrutar de unas Navidades con una familia “distinta” en la que, por supuesto, nunca falta el famoso tercer tiempo.