Lo que empezó como una idea ya tiene forma y espacio. El proyecto iniciado hace meses por el Club de Montaña Estilo Alpino de crear un centro multidisciplinar para la promoción de la escalada y la actividad física encara su recta final.
Y es que tras una intensa campaña de “crowfounding”, en el que este club conquense consiguió reunir a más de un centenar de mecenas, se consiguió el objetivo de superar los 12.000 euros de cantidad inicial que se estimaba para dar el primer paso: conseguir un espacio para dotarlo de instalaciones mínimas para su uso para socios del propio club, los mecenas participantes y futuros practicantes.
“Al poco tiempo de lograr el objetivo conseguimos alquilar una antigua nave vacía en el Polígono Los Palancares. Ahí empezó el reto de dar a ese espacio un lavado completo de cara para adecuarlo a lo que teníamos en mente: una zona propia de búlder, un gran espacio abierto para gimnasio similar a un box de crossfit, otra zona dedicada a la escuela de escalada con paneles más técnicos y una sala en la que poder ofrecer charlas o conferencias para la formación”, explica Eduardo Espejo, presidente del Club Estilo Alpino.
El trabajo de convertir una antiguo taller en un espacio multidisciplinar está siendo un reto constante en el que los voluntarios y socios del club participan casi a diario, aprovechando ratos libres “o algún que otro día de vacaciones”, comenta Espejo entre risas. Es un trabajo cargado de voluntad con el que esperan poder tener lista toda la instalación a mediados del mes de septiembre. “Ya han llegado las primeras piezas y paneles, así como las estructuras del búlder, entre tanto, los trabajos de limpieza, adecuación y pintura son constantes, incluso hemos tenido que derribar algún tabique que otro para hacer más accesible y atractivo el espacio.
Pese a que la ayuda sale de manos voluntariosas, esto no se riñe con la experiencia y profesionalidad a la hora de montar las estructuras que escalarán los futuros usuarios. Desde el club no han reparado en contar con paneles y materiales especializados en búlder, además de contar con escaladores que ya tienen a sus espaldas el montaje de más de un espacio de escalada, “es algo a lo que no podemos renunciar, porque puede que sea un proyecto de club, incluso colaborativo, porque hemos invitado a todas las personas que participaron en el ‘crowfounding’ a echarnos una mano, pero sabemos lo que estamos haciendo y lo construimos para que funcione a la perfección”, explica el presidente del club.
NECESIDADES
La dificultad para promover este deporte, con los rocódromos municipales visiblemente dañados y sin años de cuidado llevó a este club a abrirse paso en busca de su propia ruta. “La pandemia fue el golpe devastador porque con el cierre de las instalaciones municipales no teníamos espacios bajo techo en los que practicar o potenciar nuestra escuela de escalada”.
Esto se une a otra necesidad del amplio público que reúne el club con más de un centenar de socios: los horarios. Así, la propuesta es que esta nave tenga una amplitud horaria mucho mayor que los propios espacios municipales, “debido a que hay personas que a lo mejor sólo pueden practicar escalada un domingo o en un horario determinado”.
Así, a base de colaboración, empeño y mucha maña, el centro “La Reunión” continúa su “escalada” hacia convertirse en toda una realidad para el público amante de esta disciplina. Desde el propio club son conscientes que el montañismo es una actividad notable en Cuenca por el gran número de vías y escenarios abiertos con los que cuenta, por eso espera una gran aceptación una vez se abran las puertas de su proyecto.
Lejos de que la apertura de este centro de “La Reunión” se convierta en un punto y final de una idea, desde el propio club ya señalan que los ingresos que genere debido a inscripciones, donaciones y patrocinios serán reinvertidos en la propia instalación con la idea de seguir dotándola de mejores materiales, estructuras o máquinas de gimnasio, además de contar con un mantenimiento constante para que todo funcione a la perfección.
La idea ha contado con un fuerte seguimiento y apoyo de mecenas que mediante distintas opciones han apoyado que de una propuesta en papel se haya pasado a la disposición de un espacio que espera estar listo en breve.
“Contamos con 70 mecenas que, en función de su aportación, tendrán acceso y disfrute de la instalación como socios del club desde un mes a un año. A esto hay que añadir otras 36 que han colaborado con aportaciones que tenían ‘recompensas’ como gorros del club, cantimploras y otros objetos personalizados”.
No menos importante ha sido el apoyo que ha prestado la Federación de Montaña de Castilla-La Mancha, así como la iniciativa privada, puesto que hasta cuatro empresas conquenses se han sumado a la iniciativa, “por lo que contarán con lonas de publicidad dentro de la instalación para tener mayor visibilidad”, explica Espejo.
Otro de los aspectos de los que no quiere pasarse por alto es el apartado de disponer de una sala de formación. Pese a que la actividad principal del centro será tanto las zonas de escalada y el gimnasio, el club quiere impulsar el hecho de contar con una sala para realizar conferencias, charlas y experiencias similares de la mano de visitas de escaladores y expertos en la actividad.
Y es que el reciente oro olímpico de Alberto Ginés, escalador extremeño que se le ha podido ver en más de una ocasión entrenando en las hoces conquenses, representa un ‘boom’ considerable en este deporte que tiene infinidad de oportunidades en Cuenca.