Carlos Villar, técnico del Club Rugby A Palos, ha hecho balance de la temporada a sabiendas de que el equipo estaba aún pendiente de disputar los playoffs finales que se suspendieron por el estado de alarma provocado por el COVID-19. El preparador del A Palos ha vivido la temporada más dura desde que cogió las riendas del equipo hace tres campañas, en las que año a año fue mejorando la posición final de los jabatos llegando a rozar el ascenso de categoría.
“La fase concluyó con la victoria en el partido ante Albacete con una espectacular tarde de rugby, fue un encuentro muy disputado con el aspirante a campeón en el que pudimos llevarnos la victoria por 19-16. Un triunfo que además nos hizo alcanzar la sexta plaza de la clasificación y mantener la categoría, además de permitirnos jugar los playoffs de ascenso correspondientes”, señalaba el técnico.
Una hazaña que Villar recalca por las dificultades que ha tenido que hacer frente el club este año y por las que este curso deportivo “adquiere un notable valor deportivo, pues lo hemos tenido extremadamente complicado incluso antes de comenzar, tanto en relación a la baja reposición de jugadores como a la imposibilidad de utilizar el campo del Luis Ocaña para desarrollar uno de los entrenamientos semanales en hierba natural, además de tener que competir toda la primera vuelta como visitantes, gracias a la colaboración de la FRCV y los clubes rivales. Esto supuso una carga de desplazamientos y dificultades para completar convocatorias de forma continuada”, lamentaba.
La alternativa de entrenar todo el año en el césped del Obispo Laplana “ha resultado satisfactoria”, señalaba Carlos, sin embargo los entrenamientos técnicos del equipo masculino y femenino (aquellos con técnica de melier, patadas a palos o simulación de juego real) “han quedado muy limitados por las características propias de la instalación, algo que ha condicionado el sistema de juego y las estadísticas del equipo, por ejemplo, con un juego abierto muy inferior al de la temporada pasada (y que supone uno de los recursos esenciales al no ser el A Palos de los equipos de mayor tonelaje de la categoría), mientras que la touch ha mejorado su efectividad, la melé ha caído significativamente), es por eso que esperamos que la próxima temporada se pueda volver al Luis Ocaña como era habitual, no sólo para la disputa de partidos, sino también para desarrollar los adecuados entrenamientos”.
TEMPORADA SIN TERMINAR
La suspensión del deporte pilló al A Palos a punto de comenzar la recta final de la temporada, esa en la que el año pasado llegó a rozar el ascenso y que en esta ocasión les iba a llevar a jugarse una plaza en la siguiente ronda en Elche. “Es un partido que se preveía muy interesante, dado que las incorporaciones de varios juveniles se habían consolidado y habíamos recuperado a algunos lesionados. La Federación nos ha comunicado que una vez se levante las restricción sobre la práctica deportiva en espacios públicos, se dejará un periodo de carencia de dos semanas para retomar la normalidad, luego entendemos que es una declaración de intenciones de dar prioridad a la finalización de las competiciones.
Es por eso que el equipo técnico ha mantenido contacto directo y permanente con los jugadores desde el inicio del confinamiento, facilitándoles enlaces a entrenamientos generales y específicos, rutinas de ejercicios y otras cuestiones para mantener, mitigar y adaptar la posible vuelta a la actividad grupal. Sin embargo, dada las previsiones de las autoridades sanitarias, no descartamos como situación extrema y excepciona que la competición se dé por concluida”.
Por otro lado, en el aspecto formativo, el club sigue llevando a cabo actividades programadas a través de plataformas y redes sociales para todos los grupos de edad para así hacer más llevadero el confinamiento, desde entrenamientos en casa, juegos y manualidades para los más pequeños e incluso lecturas y recomendaciones.