Un verano más, y pese a las dificultades de encontrarnos en mitad de una pandemia, el Campus Internacional ‘Ciudad de Cuenca’ logra celebrarse cumpliendo así con la tradición ‘futbolística’ de los pequeños en la capital. La situación está lejos de parecerse a la imagen de más de 120 niños y niñas corriendo de un lado para otro del campo de Los Tiradores, jugando campeonatos y luego darse un refrescante chapuzón en la piscina, pero no por ello la iniciativa ha perdido su esencia.
“Hemos tenido que adaptarnos a esta ‘nueva normalidad’, limitar el aforo, la edad de participación, seguir la normativa de Sanidad y cumplir los protocolos al pie de la letra para poder realizarlo, y todo ello a contrarreloj, puesto que, con esta incertidumbre, no sabíamos si habría una respuesta positiva de los chicos”, explica Adrián de Julián, monitor que junto a Toño Soriano, Luis Fiol y Alberto Pérez, han cogido el testigo de Pepe Moriana al frente del Campus.
NUEVA NORMALIDAD
“Parece mentira que detrás de algo tan sencillo como que los pequeños chuten una pelota, regateen unos conos o realicen juegos y actividades para su diversión haya un intenso y cuidado trabajo de seguridad”, explica Pérez. Es, sin duda, el aspecto que más han tenido que cuidar para tanto la seguridad de los pequeños, sus familias y monitores. “Los primeros días teníamos muchas preguntas y dudas de los padres, es normal sabiendo en la situación en la que estamos, pero tras ver cómo funcionábamos y los pasos que se llevan a cabo, muchos se quedaron tranquilos e incluso tuvimos alguna que otra inscripción”, explica Adrián.
El protocolo hace que los grupos de chicos sean cerrados, no haya intercambio de jugadores durante toda la quincena y tengan un número de 15 participantes máximo por grupo. De otra parte, en la instalación sólo podrán estar los niños y los monitores, “es algo que vigilamos mucho, los padres no pueden acceder al graderío o tocar las vallas, esperan fuera”.
En cuanto a los pequeños, llegan con lo indispensable: “la ropa y calzado que utilizarán, su botella de agua individual y un desayuno, así como su mascarilla que se quitan cuando comenzamos a realizar la actividad”. A ello se une la tradicional desinfección de manos con hidrogel tanto al inicio como al final del día, la de las botas mediante un felpudo, la toma de temperatura y un uso regulado de los vestuarios y baños, los cuales se desinfectan también con cada uso”.
En cuanto a los niños, gran parte de ellos comprende la situación y cumple las reglas con tal de poder volver a disfrutar del juego y el balón después de meses de confinamiento, algo que también les ha dejado huella, ya que tal y como señalan los monitores, “se les nota que han bajado su actividad, por eso trabajamos la activación, los juegos y los ejercicios de forma medida para que, poco a poco, recuperen esa resistencia”.
De esta forma, el Campus Ciudad de Cuenca vive una edición diferente. “Sabemos que podría hacerse de diferente manera y que no es igual el hecho de reducir horas y no contar con la piscina o limitar la edad máxima de inscripción, pero también somos conscientes de la situación de las familias y es por lo que hemos adaptado la inscripción para que sea más asequible”. Una accesibilidad que, pese a las restricciones y las normativas, persigue al final la felicidad del juego con balón.
El Campus Internaciona Ciudad de Cuenca tiene abierta su inscripción para la segunda quincena, que se desarrollará del 21 al 30 de julio. Para inscribirse sólo es necesario ponerse en contacto por teléfono o vía Whatsapp con el número 639 016 365 para realizar la reserva de la plaza, ya que el evento cuenta con un aforo limitado.
Después de lavarse las manos con hidrogel, limpiarse sus botas en el felpudo con líquido desinfectante, tomarse la temperatura y guardar su mascarilla en su mochila, cada niño y niña del campus corretea sobre el césped de Los Tiradores. Una carrera que habla por sí sola tras meses de encierro. A esto le siguen pequeños juegos de activación. “Le hacemos el juego del pañuelo, de carrera, y poco a poco introducimos el balón y pasamos a algo más técnico”, explica Toño Soriano que admite que “es una dificultad añadida el hecho de evitar el contacto lo máximo posible, porque los chicos disfrutan con los tiros y los circuitos, pero están deseando de jugar partidillos porque es lo que más les gusta”. Fotos: Saúl García
