Acudía el Balonmano Liberbank Cuenca al pabellón Huerta de Rey con la exigencia de los grandes, una necesidad imperiosa de ganar un partido tras otro y hacerlo además de manera contrastada tras venir de un traspié como el del sábado. Los de Lidio visitaban a un necesitado Atlético Valladolid que esperaba amargar el choque previo al compromiso europeo de los conquenses. Un partido con dos miras muy diferentes.
Así, ambos equipos empezaron revolucionados. En los primeros cinco minutos ya se habían marcado casi diez goles, en un intercambio de dianas con acierto donde era Cuenca quien tiraba siempre por delante para que después empatara Valladolid. Una dinámica que se vio alterada por la primera exclusión de Moscariello, que puso el ataque en superioridad para los locales que no desaprovecharon la oportunidad para poner el 6-5 por medio de Dourte.
Hasta entonces, los pucelanos presumían de una efectividad plena de lanzamientos (6/6) una estadística que pareció ver de reflejo Leo Maciel, ya que acto seguido, el 'hombre tranquilo' de la portería conquense comenzó a deleitar al personal de sus peculiares movimientos de adivino a los lanzamientos de seis metros rivales. Moscariello, como quien devuelve un favor, anotó dos goles de forma consecutiva tras su vuelta a la pista logrando el 6-8, un punto de inflexión que pareció marcar el camino para lo que vendría después.
Los pupilos de Lidio aumentaron su esfuerzo defensivo, y los pasillos por los que entraban los rivales en los primeros minutos se convirtieron en escarpadas murallas bajo la personificación de unos irreductibles Thiago Alves y Pablo Vainstein, que estuvieron acompañados de la pillería de Natan Suárez. El catalán, poco entonado el pasado sábado, saldó su deuda logrando varios robos que se convirtieron en ocasiones a la contra, que si bien no se convirtieron por completo en goles por el buen hacer de César Pérez.
Cuenca mantuvo su colchón de dos-tres goles hasta la exclusión de Nicolás López y la entrada en el campo de Martín Doldán. El pivote italoargentino no falló a su cita con la vaselina que ofreció en el primer lanzamiento que tuvo batiendo al meta rival y alcanzando el 9-13. Con el Tiempo muerto de Óscar Ollero, Valladolid pareció recuperar el sentido en el partido acercándose de nuevo a sólo dos goles (12-14), pero Cuenca había arrancado y no estaba dispuesto a frenar.
Los últimos minutos de encuentro, dejaron un parcial favorable a los conquenses de 1-4, con goles de Eskericic, Hugo López y Doldán, que anotó el 13-18 justo segundos antes de concluir el tiempo reglamentario con otra vaselina marca de la casa.
Susto, Maciel y Doldán
Todo el trabajo y la ventaja conseguida en el último tramo del primer tiempo por el Liberbank Cuenca desaparecieron por completo en el inicio del segundo tiempo. El Valladolid barrió a los de Lidio en la reanudación. Nula intensidad defensiva y peor efectividad en el ataque provocó que los de Óscar Ollero fueran poco a poco recortando distancia hasta que en el minuto 8, el técnico conquense pidió tiempo muerto tras recibir un parcial de 6-2, dejando el tanteo con 20-21.
No tuvo un efecto inmediato el respiro para los conquenses que vieron como los pucelanos lograban igualar el partido por medio de un contraataque de Diego Pérez, pero como un deja vu, Leonel Maciel volvió a activarse para convertirse en toda una pesadilla para su rival. El meta argentino encadenó una parada tras otra para sostener a su equipo que se apoyó de nuevo en Marrochi primero, y Doldán, por partida doble, después, para recuperar la ventaja de tres goles en el tanteo (22-25).
Entrados en los últimos instantes, Cuenca pudo sentenciar sin duda, tras sufrir Valladolid dos exclusiones de forma consecutiva, pero no sólo el equipo no consiguió anotar, gracias a la intervenciones de César Pérez, sino que encajó un tanto a la contra que mantenía en el partido al Valladolid, que entró en los últimos cinco minutos sólo dos goles abajo (24-26).
Si Dourte acercaba al Valladolid en el marcador a menos de tres minutos del final, Doldán volvió a aparecer para lograr mantener el 'más dos' para el Cuenca. Acto seguido, Lucas Moscariello se marchaba tras acumular su tercera exclusión y condenando a su equipo a la inferioridad numérica hasta la conclusión del partido, pero entonces, volvió a aparecer Leo. Como menos se espera el rival, con un salto con ángulo suficiente, Manuel García lanzó con confianza pero se encontró con todo un muro que parece sacado de Invernalia, repeledor de toda amenaza foránea.
Tuvo que poner la guinda Sergio López. Tras fallar Fekete un lanzamiento ante César Pérez y el tiempo muerto de Óscar Ollero para buscar la épica, la defensa de Cuenca hizo sus deberes, acompañada del travesaño, para que en el ataque final, el extremo se buscara consuelo a sus fallos anteriores sentenciando el partido con el definitivo 25-28. Dos puntos importantes para el Liberbank Cuenca que le mantiene en la estela de equipos que optan al segundo puesto y le otorga una confianza y moral antes de recibir este domingo en El Sagal al Alpla HC Hard, en la ida de la eliminatoria de la Q3 de la Copa EHF.