La Balompédica sigue sin funcionar en casa. Un nuevo empate en un partido alocado que los de Fabregat tuvieron que sudar de lo lindo para remontar, pero donde la fragilidad defensiva fue demasiado lastre para alcanzar el triunfo.
El Conquense comenzó con intensidad el partido, yendo a la presión sobre su rival y ahogándolo por instantes. Sin embargo, en el primer acercamiento al área blanquinegra del Almagro, fruto de una falta lejana botada por Mataus, el exceso de confianza le jugó una mala pasada a Álex Fernández y el Almagro se ponía por delante sin llegar a los diez minutos de partido.
La respuesta no se hizo esperar, pero sin el resultado esperado. En una acción de saque de esquina, la Balompédica remató hasta tres veces en el interior del área, pero entre Hidalgo, meta del Almagro y los defensas sobre la línea de gol, consiguieron que la pelota no acabase en el interior de las mallas ante la temprana desesperación de la grada. Y es que en un nuevo balón aéreo, la indecisión de Fernández casi le volvió a castigar.
Minutos después, Paco Tomás disparó desde el borde del área un potente balón que rechazó Hidalgo, cayéndole a placer a Ibra que lo mandó a las nubes. Apenas unos minutos después, un pase de Ibra en parábola la engatilló Dani Fernández, pero el conquense cruzó demasiado el balón y se fue lamiendo el poste de la portería del Almagro. Una y otra vez, la Balompédica lo intentó, pero era como si de un ‘mal de ojo’ se tratara. El Almagro, bien encorsetado en su campo, se desmelenó con el paso de los minutos y empezó a ganar peso sobre el campo, llegando a inquietar en alguna que otra ocasión a Fernández. Con este “quiero y no puedo” del Conquense el partido alcanzó el descanso con ventaja visitante (0-1).
El guion de la segunda parte sería algo completamente distinto. Todo un partido a tumba abierta que comenzó con un robo en la frontal del área del Almagro que Paco Tomás transformó en el empate con sólo tres minutos de la reanudación. El ‘9’ de la Balompédica siguió probando suerte, minutos después, con un buen disparo que se fue fuera por poco. Pese a la notable mejoría del equipo de Jordi Fabregat en el segundo tiempo, un contraataque del Almagro y una mala salida de Álex Fernández terminó convirtiéndose en el 1-2 de Joel sin llegar a la hora de partido.
El carrusel de golpes continuó como si de dos púgiles agotados, sin defensa alguna, se tratase. Sahuquillo cabeceó posteriormente al poste un saque de esquina y el visitante Javi lograba el 1-3 tras revolverse en el área.
Lejos de hundirse, Sahuquillo puso en el minuto 65 el 2-3, esta vez sí, con un buen testarazo desde el saque de esquina, y sólo minutos después, un robo de Manzano lo cede a Paco Tomás para que el almanseño ponga el empate a tres con aún veinte minutos de juego hasta la conclusión.
Una barbaridad de ocasiones donde el Almagro no se echó atrás. Mataus estrelló en el larguero un disparo pocos instantes después del empate, pero la remontada en el marcador mejoró progresivamente al Conquense que dominó el partido hasta el final.
Volvió a tenerla Paco Tomás, que fue asistido nuevamente por Manzano, pero el remate del delantero no alcanzó la potencia suficiente para batir a Hidalgo. Fue de lo más claro para un Conquense que siguió buscando el tanto del triunfo hasta el final. Así, nuevamente con la presencia del canterano Marco, Gerica dispuso de una nueva oportunidad, pero el gol no llegó.
Con el pitido final, el 3-3 se vuelve insuficiente para una Balompédica que sigue sin ganar en casa y que concedió tres goles a un equipo que sólo había marcado uno en toda la temporada lejos de su campo, además de su primer punto como visitante de la campaña.
Un punto a valorar, después de los distintos acontecimientos del partido, pero que saca a relucir las vergüenzas de un Conquense que permitió demasiado, pero que tuvo el suficiente empaque para arreglar el estropicio e incluso llegó a merecer el triunfo por el dominio final. Sin embargo, los blanquinegros tendrán que estar muy pendientes de lo que ocurra en el resto de partidos de la jornada para ver si al final de la misma siguen en puestos de salvación.
