No era fácil el escenario para volver al ruedo de la competición para el Liberbank Cuenca. El Palacio de los Deportes de Huesca recibía al conjunto de Lidio Jiménez que retornaba a la actividad oficial en la Copa del Rey ante un reformado Bada Huesca, con la ida de la cuarta eliminatoria del torneo que el año pasado dio el billete europeo a los conquenses.
Sin Baronetto ni Vainstein y con Maciel tocado, Jiménez tiró de los menos habituales para completar un siete inicial con Samu Ibáñez bajo palos, Sergio López y Thiago por una banda, Fekete en el extremo derecho y Eskericic en el mismo lateral, Doldán en el pivote y Marrochi como director de operaciones en la posición de central.
Pese a las adversidades, los primeros instantes fueron afrontados por el conjunto conquense con una serenidad que le acompañaría durante el primer tiempo. Sin cometer demasiados errores, la primera ventaja del partido era para los visitantes que cogían un pequeño colchón de dos goles (1-3). Pese a la tímida reacción del Huesca que llegó a igualar el choque, Cuenca tuvo la iniciativa en los minutos siguientes en los que sufrió dos contratiempos de gravedad: la exclusión por roja directa de Sergio López al llevarse por delante a un rival tras resbalarse y la lesión en la rodilla de Balint Fekete, que enmudeció a la parroquia conquense al ver cómo el húngaro no pudo reincorporarse en el juego de manera posterior.
Pero cuanto más azotó el temporal, mejor lo sortearon los de Lidio. Manejados por una defensa efectiva, en la que sobresalió un Lindblad muy diferente al desacertado boxeador que no paraba de realizar exclusiones en momentos clave en la primera vuelta y un mejor Samu Ibáñez bajo palos, el ataque fue cosa del reaparecido Leo Dutra, que se marchó al descanso con 5 goles y un Natan al que parecía salirle todo. Así, el Liberbank llegó a amplia el parcial hasta llegar al más cinco al final de los primeros treinta minutos (10-15).
ROZANDO LA PERFECCIÓN
Tras la reanudación, el partido continuó bailando ritmo del Liberbank. Sólo la información avanzada por Carlos Massó en plena contienda dejó helado al personal. El comentarista de la radio del club señaló que Fekete podría sufrir una lesión en su ligamento cruzado. Mientras tanto, en la pista la perfección se vestía con la camiseta negra y gris del Cuenca. A los pocos minutos, José Francisco Nolasco pidió casi de forma obligada un tiempo muerto cuando el marcador alcanzó la ventaja de nueve tantos para el Liberbank (12-21).
Con esta ventaja, la relajación no pudo evitarse hasta cierto punto para los de Lidio, hecho que aprovecharon los locales para recortar algo la distancia en el marcador llegado al ecuador del segundo tiempo. Cuando la distancia se redujo hasta los seis tantos (16-23), el tiempo de Lidio Jiménez supuso un respiro ante el notable cansancio de los efectivos de su plantilla, que si ya de por sí acudía limitada de fuerzas al encuentro, la descalificación de Sergio López y la lesión de Fekete aumentaba el desgaste en los conquenses.
La inteligencia de los conquenses supo abrirse ante el notable cansancio al avance de los minutos y manejar esa ventaja en el marcador que dejara encarrilada la eliminatoria para el partido en casa. Pese a ello, Huesca continuó reduciendo su ventaja a medida que los conquenses daban un paso atrás al mantenerse la exigencia del choque. Con el 20-25, Jiménez pidió su último tiempo muerto para dar un nuevo respiro a los suyos para enfilar los últimos cinco minutos del partido.
En los últimos lances de juego, Natan y Suárez soportaron la presión rival para mantener un buen parcial de cinco goles (25-30) con el que finalizó el partido.
Con este resultado, el Liberbank Cuenca pone a favor la eliminatoria para sentenciarla en su feudo este mismo domingo a las 12:00 horas. Un Sargal que desde el club animan a llenar para que vuelva la magia del balonmano al emblemático templo del equipo conquense y que certifique así, por segundo año consecutivo, el pase del club a la orillas del Júcar a una fase final de la Copa del Rey.
