Dura derrota la del Obrero en el Obispo Laplana en su partido hasta dos veces aplazado ante el Torpedo 66. Un tempranero gol le puso las cosas cuesta arriba al San José, que intentó por todos los medios lograr la igualada y la tuvo de todos los colores sin encontrar recompensa alguna. El de la sentencia llegaría en el descuento, certificando la cuarta derrota consecutiva del combinado conquense.
Se complicaría el partido desde los minutos iniciales cuando un atento Ahmed aprovechó un despiste de Iván y la zaga rojilla para robar el balón y poner el 0-1. Mal inicio, como viene acostumbrando, del Obrero, que tendría que remar a contracorriente el resto del partido. No se arrugarían, y Javi daba el primer paso adelante para intentar la remontada con un remate que Gonzalo Jiménez, meta del Torpedo, enviaba a córner. Casi llegada la media hora era Rufo quien lo intentaba tras un robo de Kameni a escasos metros de la portería, pero el disparo se marcharía alto. Ahmed, gran valedor del ataque cebollano en esta primera mitad, disponía de dos ocasiones: la primera con un tiro fuera pegado al poste, y la segunda se encontró con una gran intervención de Iván.
La segunda parte fue un monólogo del San José, que seguía siendo un aluvión de ocasiones. En el 53 reclamarían los locales un posible penalti, pero el colegiado no apreció nada punible en la acción. En el 60, un contraataque comandado por Balles acababa con un remate de Kameni que el meta enviaba a saque de esquina. Continuaba el dominio del Obrero, que minutos después la tendría mediante Rufo, pero de nuevo se marchaba al córner. Demasiado perdón acabaría con un castigo del Torpedo a la hora de la sentencia: en el minuto 89, el Torpedo finiquitaba las esperanzas rojillas con un gol de Lucas que pilló adelantado a Iván.
Nueva derrota que le complica las cosas al San José, viendo rebajada esa euforia de jornadas atrás. Los de Fran García deberán volver a hacer un ejercicio de perseverancia para romper la barrera psicológica de estas consecutivas derrotas para volver a sacar la cabeza de la zona roja.
