La aceleración de un Fórmula 1 mezclada con la precisión de un cirujano. Así de fácil -y de complicado- se puede definir la tarea de Álex Zamora. Este joven de 15 años, natural de Chillarón, ya está más que consolidado en la escena competitiva de los drones a nivel internacional.
Sus logros se refrendan con más oportunidades, y el próximo mes de julio tendrá un emocionante reto por delante: del 7 al 17 de julio, en Alabama -Estados Unidos-, estará en los Juegos Mundiales tras ser convocado para la única plaza de la que España dispone en la modalidad del pilotaje de drones.
Los Juegos Mundiales son un evento multideportivo en los que participan atletas de todo el mundo, y cuyas pruebas son deportes que no participan en los Juegos Olímpicos. Un escenario inmejorable para buscar otra corona mundial.
UN TALENTO PRECOZ
Álex alzó el vuelo en el mundo de los drones a la corta edad de 8 años, y la pasión le venía en la sangre: inspirado por su padre, que volaba helicópteros de aeromodelismo, le atrajo la idea de pedir un dron por Navidad. Pronto se dio cuenta de que el chico mostraba un gran desparpajo pilotando el dispositivo, por lo que probaron con un dron de carreras para iniciarse en el mundo competitivo.
No pudo ir mejor la cosa, ya que, en su primera competición, disputada en Barcelona, se hizo con la corona. “A partir de ahí empecé a entrenar más y a completarme mejor los drones con mejores componentes”, desvela el joven, que todavía tenía 8 años cuando se proclamó campeón nacional.
Llamó la atención del SDT -Spain Drone Team-, y más tarde fichó por la escudería estadounidense XBlades, la mejor del mundo. Ahí ha firmado un palmarés de ensueño en una corta edad a la que ya sabe lo que es ser campeón mundial. Ahora trabaja de la mano, de nuevo, de SDT, donde se siente muy cómodo y a quien agradece la gran acogida de la que ha disfrutado y la ayuda que le ha brindado.
El joven se proclamó campeón de España con solo 8 años. Hoy, cuenta con un palmarés de ensueño
Álex llega a diferenciar entre pilotar el dron y la capacidad de concentración que puedas llegar a tener para hacerlo. “Es clave, porque si no, te vas a poner nervioso y no vas a poder controlarlo”, declara. Pone precisamente la concentración como uno de sus puntos fuertes, aunque la capacidad de adaptación -algo vital en virtud de lo distintos que pueden llegar a ser los circuitos- también es algo destacable en él.
“Creo que cojo las cosas y los circuitos rápidamente, y cuando me dan a probar algo, me adapto muy bien a ello”, apunta Álex. No es de extrañar, por tanto, que su estrategia en las carreras varíe en función de los pilotos y del circuito al que se enfrenta. Asegura Álex que la mayoría de pilotos se gestionan la carrera antes de disputarla, pero que también es vital el valorar las distintas partes de una carrera. “Hay gente a la que se le da bien una parte del circuito que a ti no, entonces ya es más estrategia durante la propia carrera”, explica.
La próxima cita mundialista tendrá un valor añadido, ya que se retorna a la presencialidad. Las últimas competiciones han sido online, lo que deja con las ganas a sus participantes de la gran experiencia que suponen los campeonatos, donde ha hecho grandes amistades. “Cuando es una carrera online tienes que estar metido todo el día en una habitación con focos y con un croma puesto detrás y la verdad es que eso cansa bastante”, lamenta el chillaronense. Reconoce que esta vez acude al campeonato con altas expectativas de hacer algo grande y de dar lo mejor de sí para quedar lo más alto posible.
PADRE E HIJO, JUNTOS
No estará solo en Estados Unidos. Además de su mánager de SDT y el fotógrafo, le acompañará su padre, inseparable compañero de Álex. Haciendo uso de sus conocimientos de aeromodelismo que le permiten encargarse de la mecánica del dron, Benjamín Zamora, la persona que inspiró a Álex, le hace también de spotter. Esto significa que son sus ojos durante la carrera, encargándose de narrarle lo que ocurre en el exterior de la carrera, la cual el piloto no puede atender, ya que ve a través de las gafas. “Por ejemplo, si tengo un dron detrás y lo tengo muy apretado me dice Alejandro aprieta, y yo ahí aprieto para que no me adelante”, explica.
Pero no todo son drones en la vida de Álex. Se ha aficionado recientemente a la escalada junto a un amigo, lo que le permite relajarse y desconectar de las carreras, y ahora mismo compagina sus exigentes entrenamientos con el instituto, asegurando que “siempre hay tiempo para todo” y que es cauto, ya que lo primero es lo primero y quiere continuar con sus estudios.
De momento, tiene una gran cita en Alabama de la que quiere volver a Cuenca con otro título.